Coronavirus
Ponferrada, el «ejemplo» a seguir en la desescalada
La capital del Bierzo se sumerge en la fase 1 con optimismo y respeto a las medidas
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![Calles de Ponferrada, ayer, durante el primer día de la fase 1 de desescalada](https://s2.abcstatics.com/media/espana/2020/05/19/desescalada-ponferrada-U40632115788uFH--1248x698@abc.jpg)
Ponferrada recuperó su palpitar detrás de una mascarilla, en el primer día de la fase 1. Y lo hizo con optimismo, prudencia, tranquilidad y respeto a las medidas de higiene y de distanciamiento. Y, sobre todo, con más ambiente en las calles. Se notó un aumento del tráfico rodado y del tránsito de peatones. Pero quizá, la imagen más representativa de esa vuelta a la libertad fueron las terrazas que volvieron a montar los bares y cafeterías de la capital de la comarca del Bierzo (León), aprovechando una mañana primaveral. Medio centenar de establecimientos de hostelería, una sexta parte de los que tienen licencia para ello, desplegaron sus veladores, con separación de dos metros entre ellos y constantes acciones de limpieza y desinfección del mobiliario. La clientela mostraba ilusión por esta «vuelta a la vida» y por tomar «un café muy deseado», algo que, igual que disfrutar de un vino o una cerveza supone un lujo, a día de hoy, en el resto de ciudades de Castilla y León.
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Durante toda la jornada, agentes de la Policía Municipal supervisaron el cumplimiento de la normativa, sin mayores problemas. Una circunstancia confirmada por el concejal de Movilidad, José Antonio Cartón, quien confesó que se llegó «a emocionar» después de ver cómo la ciudad empieza a recuperar su pulso.
Uso de mascarillas generalizado, distancia adecuada y colas sin nervios en los comercios fue la tónica general
Como complemento a la hostelería, el comercio también notó el aumento de afluencia de clientes. Todos guardaban cola y prácticamente todos, con la mascarilla puesta. El presidente de la asociación local Templarium, Felipe Álvarez, espera que el resto de empresarios sigan esa pauta porque son «el pulmón que necesitamos. Si todos cerramos, no nos vamos a morir por el coronavirus; vamos a morir de hambre».
El alcalde de Ponferrada, Olegario Ramón (PSOE), se felicitó por su percepción de «prudencia en la psicología colectiva, una dosis de optimismo por haber sido los primeros -entre las principales ciudades- en pasar a la Fase 1. Ponferrada aparece ahora en el primer lugar. Seguro que hay muchos ojos, en otros lugares, mirándonos; y les vamos a demostrar que en esto también somos ejemplares». La primera autoridad local espera un paulatino incremento de la actividad que ayude a «reactivar sectores de la economía muy dañados». Y ello, en u na comarca como el Bierzo, que entra en la tercera crisis , cuando todavía no se ha recuperado de las dos anteriores -el largo y tortuoso trance provocado por el cierre de la minería del carbón y de las centrales térmicas; y la crisis financiera global de 2008-.
«Flores cada mañana»
También reabrieron sus puertas las iglesias. En la emblemática Basílica de la Encina, volvieron a entrar los fieles. No obstante, su rector, monseñor Antolín de Cela, matizó que el templo estuvo cerrado «pero no en el corazón de los bercianos. En estos días, aparecían flores cada mañana a las puertas de la iglesia». E igualmente, se reanudó la actividad de los velatorios, con un aforo restringido a un máximo de diez personas a la vez.
De puertas adentro, en muchas casas se vivió la emoción íntima del reencuentro entre familiares que llevaban semanas sin tener otro contacto que las llamadas telefónicas. Si acaso, en la calle, las protagonistas de esa circunstancia pudieron ser Ana Belén y María José, primas que se llevan «como hermanas» y que, por primera vez, pudieron salir juntas de paseo.
Y de vuelta a las calles, nos quedamos con la imagen de ese ponferradino que salía de una relojería de la céntrica avenida de la Puebla con una sonrisa que delataban sus ojos, pero que se ocultaba tras una mascarilla. Acababa de cambiar la pila de su reloj, que había dejado de marcar la hora, justo, en el inicio del estado de alarma y del enclaustramiento. Con las tiendas cerradas, se resignó a llevar su muñeca desnuda. Ahora, las manillas del reloj se vuelven a mover. Un tiempo parado durante 64 días, empieza a contar, otra vez, en Ponferrada, en todo el Bierzo y en más de una treintena zonas básicas de salud desde ayer. El resto de Castilla y León ansía su turno.