Un Policía Municipal de Zamora, tras salvar la vida a cuatro atragantados: «No sólo ponemos denuncias»

Cristanto Vicente «actuó» por última vez el domingo para socorrer a un comensal, al que aplicó la maniobra Heimlich

ABC

ALBERTO FERRERAS

Era la típica comida dominical entre amigos y casi se convierte en una tragedia, pero la «rápida, precisa y eficaz intervención» de un agente de la Policía Municipal reconocida por el personal médico de Urgencias hizo que la historia tuviera un final feliz. El responsable de que todo quedara en un susto fue el policía Crisanto Vicente Hernández, que el pasado domingo comía con otros dos amigos, sus parejas e hijos en un restaurante del barrio de Rabiche de Zamora cuando tuvo la proverbial intervención . De hecho, aunque lleva trece años en el Cuerpo de la Policía Municipal de Zamora, algunas de las actuaciones más trascendentales de Crisanto las ha realizado cuando no enfundaba el traje policial ya que con la de la pasada semana son ya cuatro las veces en las que ha tenido que realizar la maniobra de Heimlich.

Esa técnica que salva vidas en caso de asfixia por atragantamiento se la tuvo que realizar también, hace ya años, a su hermano, a la abuela de su mujer y al cliente de otro restaurante de la ciudad en el que comía. El pasado domingo, cuando estaban sentados once personas a la mesa se percató de que su amigo, cuando masticaba un trozo de carne, se estaba atragantando. «Le preguntamos que si se encontraba bien, él no contestó, bebió para intentar bajar la comida pero no lo consiguió». Fue entonces, cuando Crisanto, decidido, le dijo «tranquilo, que te voy a ayudar», le cogió por detrás y le hizo la maniobra de Heimlich por tres veces hasta que por fin consiguió abrirle la vía y todo «acabó bien». Casi al momento también fueron a ayudar un bombero y una enfermera que comían en otras mesas del establecimiento hostelero. Luego llegó el 1-1-2 y se llevaron al hombre al hospital porque aunque estaba fuera de peligro aún tenía algo obstruida la vía. En ese momento el grupo fue consciente de lo cerca que había estado la tragedia y «se nos caían las lágrimas, es normal después de un momento de tensión viene el bajón». Para Crisanto es una satisfacción realizar intervenciones humanitarias que ponen de relieve que los policías municipales «no solo ponemos denuncias» como piensan algunos ciudadanos. El agente agradeció la formación continua que reciben en el Cuerpo, ya que eso le permitió el pasado verano repasar en Cruz Roja tanto la maniobra Heimlich como la práctica de una Reanimación Cardio Pulmonar, dos técnicas de primeros auxilios que, bien realizadas en el momento oportuno, permiten esquivar la muerte.

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