JUICIO POR EL CRIMEN DE CARRASCO
El policía jubilado sí hizo la llamada al 112 que no reconoce
Nadie se explica por qué lo niega, dado que no afectaba en nada a su testimonio
Como era de esperar, la incógnita de si Pedro Mielgo , el policía nacional jubilado clave en la detención de la asesina de Isabel Carrasco, hizo una llamada al 112 durante la persecución , se ha despejado pronto. Según ha sabido ABC de fuentes de la investigación, el agente, entonces en segunda actividad, sí marcó ese número y suya era la voz del hombre que, entre jadeos por la tensión del momento y nervioso por haber perdido de vista a la sospechosa, daba una descripción de ésta para finalmente encontrarla y llevar hasta ella a una dotación de la Policía Local.
La confirmación supone el peor de los escenarios para Mielgo y también para las acusaciones, ya que por un asunto sin la menor importancia queda en entredicho la credibilidad de un testigo clave en el caso. Pero además al policía jubilado le puede costar un disgusto judicial, pues el presidente del tribunal le va a abrir una investigación por falso testimonio tras el juicio, delito penado con hasta dos años de cárcel.
No habrá cambios
No obstante, como ya informó ayer ABC, el presidente del tribunal no tiene intención de modificar el objeto del veredicto, pues considera que este incidente no afecta al fondo del asunto que se juzga . De hecho, la llamada comienza cuando el policía jubilado está en la calle Colón y ha perdido de vista a la autora del asesinato, pero después de haber superado el garaje en el que la defensa asegura que Montserrat tiró el bolso con el arma y que Mielgo niega. La comunicación telefónica acaba cuando la vuelve a encontrar en la Gran Vía de San Marcos, donde la deja de ver unos segundos hasta que otro testigo le dice dónde está y él para a un coche policial para que detengan a la sospechosa.
La sorpresa por la actitud de Pedro Mielgo es aún mayor porque tras su declaración en el juicio mantuvo su versión en numerosas entrevistas a medios de comunicación, además de en conversación privada con ABC. Por su formación de policía debía saber que muy pronto se iba a determinar si decía la verdad -los números de teléfono de los comunicantes se quedan grabados en el 112 y también se puede pedir información a su compañía telefónica sobre sus llamadas ese día-, por lo que iba a quedar en evidencia ante todos.
Las acusaciones no han tenido un buen comienzo de juicio , ya que además en la vista oral Raquel Gago logró desacreditar el informe sobre tráfico telefónico elaborado por los servicios centrales de la Policía y que para el fiscal era la llave para acusarla de cooperadora necesaria del asesinato por participar en el plan criminal ideado por las acusadas para acabar con la vida de la presidenta de la Diputación de León. Ese documento contiene errores garrafales, como situar a una persona en un punto a una hora y segundos después localizarla a 400 kilómetros de distancia. La propia inspectora, jefa de la UDEV, que instruyó las diligencias policiales, admitió que ella no tiene datos objetivos de que ese plan criminal existió, y tampoco se conoce la razón por la cual la policía local amiga de Triana Martínez habría participado en los hechos. No es descartable que el fiscal retire la acusación de cooperadora necesaria y la cambie por la de encubrimiento, de lo que sí hay más indicios.
El lunes declararán los dos policías de Burgos que colaboraron en la investigación y que deberán dar bastantes explicaciones de su actuación. De momento, tuvieron que admitir en su día que mintieron a la instructora, ya que le dijeron que no habían estado en casa de Raquel Gago el día que se encontró el arma homicida. Ese comportamiento provocó un fuerte malestar entre los encargados del caso, y un mes después tuvieron que hacer una comparecencia en comisaría para reconocer su error.