El polémico diablillo del Acueducto se sentará de espaldas al monumento

El Ayuntamiento de Segovia rechaza la suspensión cautelar del acuerdo sobre la donación de la escultura

Detalle de la escultura que ha levantado la polémica ICAL

ABC

La alcaldesa de Segovia, Clara Luquero, remarcó hoy que tienen cuatro días para contestar al juez su oposición frontal a la petición de suspensión cautelar del acuerdo de la Junta de Gobierno Local que aceptó la donación de la escultura del diablo del artista José Antonio Abella, porque el Consistorio tiene «autoridad absoluta» para recoger las cesiones de obras de arte dirigidas a la ciudad. Luquero anunció, sobre la fecha de colocación de la estatua en la parte alta de la calle San Juan, que van “esperar a ver lo que dice el juez”.

Clara Luquero insistió una vez más en que el objetivo del equipo de Gobierno es utilizar la Leyenda del Acueducto, que forma parte del «patrimonio inmaterial» de Segovia, para invitar a los visitantes a hacerse un selfie con él. La alcaldesa de Segovia afirmó que cualquier ciudadano o colectivo tiene derecho a acudir a los tribunales y el consistorio de seguir adelante con esta iniciativa.

Luquero defendió «la absoluta generosidad» tanto del escultor José Antonio Abella y del empresario José Luis Herrero de Andrés que, «a título personal», asume el coste de la fundición de la escultura y su colocación, porque son «dos personas» que han actuado de «muy buena fe» y no tiene tan claro que esa buena fe exista «en el otro lado”, en las personas que se oponen al “diablillo de San Juan”.

La edil de Turismo y Patrimonio Histórico, Claudia de Santos, también remarcó que la leyenda del Acueducto forma parte del patrimonio inmaterial de Segovia, es «una seña de identidad como nuestro: ¡bueno majo!» y se busca «hacer tangible ese patrimonio poniéndolo en la calle», informa Ical.

La colocación de la escultura del diablo en la parte alta de la cuesta de San Juan, de espaldas al Acueducto, también cumplirá, según de Santos, con la difusión turística de otra parte de la ciudad, ya que desde esta calle hay una gran vista del Acueducto, muy conocida por los segovianos pero «no por quienes nos visitan». Los turistas tendrán «a segundo y medio» toda la muralla norte y «el magnífico mirador» desde Los Zuloagas de todo el valle del Eresma, con el Monasterio del Parral, San Vicente el Real, el Santuario de la Fuencisla o la senda de los Molinos.

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