Pingüinos
Valladolid y Cantalejo compiten por heredar el mito de Pingüinos
Celebran desde este viernes sendas fiestas para mantener vivo el espíritu de la concentración motera

Ya ha llegado el momento. El fin de semana motero por excelencia en Castilla y León comienza a rugir este viernes sobre el asfalto. La particularidad de este año es que no serán los habituales pingüinos los que dancen sobre dos ruedas por la carretera, ya que la cita, como el año pasado, ha causado nuevamente baja. En su lugar, y manteniendo la fecha habitual -segundo fin de semana de enero- dos eventos convocan a los moteros de toda España y valientes extranjeros a mantener encendido el espíritu de la concentración original que llegó a ser la más importante de Europa. Así, Valladolid y Cantalejo (Segovia) se erigen desde hoy como cunas moteras con dos festejos paralelos y «enfrentados» -no exentos de polémicas y acusaciones en las últimas semanas- que ayer calentaban motores con los últimos preparativos.
La primera en programarse fue la de Valladolid, sede histórica de Pingüinos que ante la falta de ésta ha optado por mantener su llama hasta que la cita genuina pueda regresar una vez solventados los obstáculos con los que se ha topado en los dos últimos años. Con esa meta, desde el Ayuntamiento se ha diseñado una programación que trata de imitar casi al dedillo la de la mítica concentración para que nadie la eche de menos. Zona de acampada, desfiles -incluido el nocturno que recuerda a las víctimas de tráfico- y exhibiciones llenarán de espíritu motero la capital del Pisuerga este fin de semana, que espera concentrar a hasta10.000 personas.
Cuando ya estaba anunciada la «Fiesta de la Moto de Valladolid» para cubrir el hueco de la concentración en «stand by», un nuevo emplazamiento se prestó para ello. En concreto, el aún presidente de Turismoto -organizador de Pingüinos-, Mariano Parellada, presentaba una cita en Cantalejo bajo el nombre «La Leyenda continúa». Aunque llegó a anunciarse su cancelación por «presiones» y tensiones con el evento vallisoletano, finalmente se ha recuperado y espera recibir este fin de semana a cerca de 6.000 participantes y cuenta también con zona de acampada y distintas actividades.
Pese a compartir un fin común - velar por el recuerdo de Pingüinos -, ambas citas se baten en duelo este fin de semana por heredar el mito de la concentración original a la espera de que ésta pueda volver a regresar a los fríos inviernos castellanos.