Guillermo Garabito - Crónica parlamentaria
El perro del hortelano
«En las Cortes, querido lector, la primera impresión es que estar de acuerdo en algo está prohibido»
Llegué a las Cortes con niebla y por primera vez. A la tribuna de prensa se accede desde la segunda planta, es una balconada transparente y aséptica por encima de la coronilla de los procuradores. También hay una serie de cabinas para televisión y radio a ambos lados del mirador que más cabinas parecen peceras sobredimensionadas. Mientras elijo un asiento desde el que, me aseguro, se ve con perspectiva todo el patio inferior comienzan a llegar los procuradores. Hay un ambiente de vuelta al cole, como de recreo. Tal vez sea así en cada sesión. Parece el regreso de unas vacaciones y unos saludan a los otros y se dan palmadas en la espalda y hasta forman algunos corros en los que desde la tribuna de prensa no se escucha nada. Y se lo cuento así, mondo, por si a usted, lector, le ocurre como a mí y es su primera vez.
Sentada la presidenta llama a hacer lo mismo al resto y se reparten los procuradores por el ruedo. El presidente Herrera se mantiene algunos minutos más de pie y de espaldas hablando con su portavoz. Visto desde atrás la bancada popular se sitúa a la izquierda, con el gobierno regional al frente y el Presidente Herrera en el extremo. La puerta cuanto más a mano mejor. En la tercera fila de las del medio se encuentran los procuradores de Podemos y justo encima los cinco de Ciudadanos. A la derecha el PSOE.
Pide la presidenta un minuto de silencio en recuerdo del socialista Julián Simón de la Torre, fallecido el jueves pasado de un infarto, y la Cámara entera se pone en pie trascendental y respetuosa.
Da comienzo el pleno con el juramento del nuevo procurador de Podemos Castilla y León que viene a ocupar el puesto de Pedro de Palacio, que dimitió cuando se conoció una sentencia que lo condenaba en un caso de abusos a una menor. El Sr. Díez Romero no jura su cargo. «Sí, prometo» fueron las palabras empleadas para a continuación expresar que le «gustaría renunciar a la medalla de las Cortes» como procurador cuando la presidenta de la Cámara le pidió se acercara a recogerla. Y volvió a sentarse a elegir emoticonos para el Whatsapp quizá para contar en casa que había renunciado a la medalla. Será por no hacer gasto.
La sesión la abrió la Consejera de Hacienda, Pilar del Olmo, y defendió los presupuestos para el próximo 2016 como unos presupuestos «realistas, comprometidos y adecuados».
A partir de ahí se sucedieron las escaramuzas desde la tribuna entre los portavoces de los grupos mayoritarios. Fernández Carriedo por el PP y Tudanca por el Partido Socialista jugaban a eso de buscarse las palabras antiguas el uno al otro hasta que los dos estuvieron de acuerdo en que echaban de menos a los portavoces que han pasado por el PSOE. Allí, metido en harina, se da cuenta uno de que no hay tregua ni para un café, todo va muy seguido y yo sin desayunar.
En las Cortes, querido lector, la primera impresión es que estar de acuerdo en algo está prohibido. Y así corren las réplicas y las dúplicas. Hablando unos de lo bondadoso de los presupuestos y los otros de la infancia cuando eran delegados de clase. «Usted rebusca lo que voté o no voté hasta cuando yo era delegado de clase», se quejó Tudanca.
Los presupuestos los defiende sólo el Ejecutivo. La oposición (PSOE y Podemos) ha presentado enmiendas a la totalidad: qué es eso de no estoy de acuerdo… pero no le voy a decir en qué.