Ignacio Miranda - POR MI VEREDA
A perdigones
«Por lo visto, herir al toro con la puya para calibrar su bravura y matarlo a estoque es maltrato animal, pero disparar a una indefensa nutria, no»
Afirman los biólogos que uno de los mejores indicadores para medir la calidad de las aguas fluviales es la presencia de nutrias , porque allí donde se encuentran es porque existen ecosistemas cuidados. Últimamente, con cierta sorpresa, se han visto ejemplares incluso en el Bernesga a su paso por León, el Pisuerga en Valladolid y el Duero en Soria , en ciudades y no en tramos de alta montaña. Parece que da sus frutos el esfuerzo por depurar las residuales procedentes de núcleos urbanos de mayor población e industrias, acometido desde hace lustros por los municipios, las cabilas autonómicas y el «Estao» a través de las confederaciones hidrográficas. De hecho, la especie ha pasado de la consideración de amenazada a la de protegida.
Por su carácter sociable, la que habita en la capital soriana desde hace semanas es muy conocida entre los vecinos, una popularidad creciente gracias a los medios y las redes sociales. Ahora vuelve a ser triste noticia por los ocho perdigones que recibió en la cabeza de manos de un cafre desalmado, cuya identidad trata de averiguar la Guardia Civil . Deambuló malherida y desorientada por las calles, hasta ser recogida y operada por un veterinario. El mustélido ha quedado tuerto de un ojo y con menor visión en otro, merma de facultades por la que resulta poco aconsejable su liberación en el cauce, según explican desde el centro de recuperación de la fauna de Burgos, donde convalece. Tendría muy difícil lograr su dieta de peces, cangrejos y algún anfibio para sobrevivir.
Hasta el momento no consta que los milicianos animalistas, los activistas del PACMA -partido con más de 200.000 votos que nos quiere hacer veganos- hayan censurado la agresión . Por lo visto, herir al toro con la puya para calibrar su bravura y matarlo a estoque es maltrato animal, pero disparar a una indefensa nutria, no. De nuevo, se les ve el plumero.