Un pequeño sueño

Como imaginarán, confeccionar un programa como el que ha tenido la Semana de Formación «Enseñar educando» del Colegio San Agustín de Salamanca no es tarea sencilla. Sin embargo, tiene su gratificación en el propio momento en que te das cuenta de que todo ha salido a la perfección.

Hoy culminan varios meses de esfuerzo ininterrumpido por lograr reunir en el Colegio a autoridades institucionales, docentes, empresariales y educativas en el marco de unas jornadas formativas para alumnos de ESO y Bachillerato. Hoy se hace realidad ese pequeño sueño, esa pequeña meta.

Desde la inauguración de las jornadas el pasado lunes con las máximas autoridades educativas a nivel regional y local, hasta la sesión de Acercamiento Institucional encabezada ayer por el Presidente del Senado, pasando por la ponencia sobre Derecho y Justicia pronunciada por el Ministro de Justicia, han sido más de 80 las personas que han asistido, como ponentes, a estas primeras jornadas.

Es de agradecer, y merece la pena recordarlo, que ninguna de estas personas ha recibido gratificación económica o pago alguno por sus intervenciones, su desplazamiento o su alojamiento y que ha sido su vocación de servicio y su compromiso personal y laboral el que les ha llevado hasta aquí. Gracias, de corazón, a todos los participantes.

Pero la pieza fundamental de las jornadas han sido los alumnos. Uso esta tercera persona del plural porque, aunque me encuentre entre ellos, comprenderán que no puedo ser objetivo en la valoración de las mismas. El entusiasmo de los chicos y chicas del San Agustín, su saber estar, su interés e inquietud formativos… han sido características que han sorprendido a todos los ponentes en las diferentes mesas.

Y lo más importante, el resultado de las mismas ha sido, según los propios alumnos, muy satisfactorio para lograr el objetivo que desde un principio nos marcábamos, que era acercarles a las diferentes opciones que se presentan en su futuro académico y profesional más inmediato.

Desde el Colegio San Agustín de Salamanca estamos convencidos de la importancia y utilidad de este tipo de jornadas, que implantamos en nuestro Centro este curso y que esperemos que sean la primera de muchas convocatorias más. Confiamos en que la formación integral del alumnado debe ser un pilar indispensable en el modelo educativo del presente y del futuro y tratamos de aplicar esta filosofía desde nuestras propias aulas.

Decía San Agustín que «en la escuela agustiniana se enseña por amor a los demás y se aprende por amor a la verdad». Ojalá que este lema se tenga en cuenta en nuestras aulas de hoy. Ojalá que aprendamos a vivir para el futuro que nos espera.