Ana Pedrero - Desde la raya
Mis Niños Jesuses
«Niños Jesuses que asoman al mundo en comarcas sin paritorios; Niños Jesuses de Sanabria y La Carballeda que no tienen pediatra. »
Vine al mundo en una tierra donde de cuando en cuando vienen Niños Jesuses a poner luz en una España Vacía. Una frontera en La Raya que guarda demasiados huecos en las cunas y muchas camas de nadie, muchas habitaciones cerradas que solo se llenan cuando llegan las fiestas de agosto y los fuegos de artificio y las tracas finales dan paso a un nuevo éxodo. Niños que ponen vida en una tierra que no se resigna a morir aplastada por una civilización urbanita cada vez más lejos de lo rural. Una tierra con pueblos abandonados por pesebre en la que la estrella de Belén pasa de largo sin alumbrar el camino de retorno .
Los Niños Jesuses nacidos bajo el manto de una Constitución que dice que somos iguales, pero no utiliza el mismo rasero en el reparto de oportunidades. Niños Jesuses que asoman al mundo en comarcas sin paritorios; Niños Jesuses de Sanabria y La Carballeda que no tienen pediatra. Niños Jesuses alistanos, hijos de un plan experimental para suprimir los Centros de Salud. Niños Jesuses sin señal de TDT y sin cobertura de internet; Niños Jesuses de La Raya reagrupados en unidades escolares porque no hay alumnos; Niños Jesuses del Oeste que van al colegio sin desayunar, que tuvieron la mala suerte de nacer en una de las zona más empobrecidas de España; tan pobre como desgarradoramente hermosa.
Siendo niña, me gustaba robar al Niño Jesús del Nacimiento, esconderlo y colocarlo a las doce de la noche en su cunita como si de verdad llegase al mundo. Con el paso del tiempo he aprendido que las luces de Navidad no son aquellas que decoran los árboles o alegran las calles; que son estrellas que se encienden dentro de uno mismo y nos impulsan cuando todo es oscuro. Aprendí también una Nochebuena que también puede posarse la muerte sobre una almohada en la noche de la Vida, del Amor.
Y he aprendido que el Niño Dios nace en todos los niños que no tienen cuna ni sábana ; en los que andan descalzos por la vida; en los de futuro incierto, en los que siembran de esperanza una tierra dejada de la mano del hombre, que no de Dios. Mi tierra vacía, mi España Vaciada .
Esta tierra, esta España, en la que de cuando en cuando nacen niños Jesuses, aunque luego, cuando toca ganarse el pan, no se pueda quedar a vivir ni Dios.