Ana Pedrero - Desde la Raya

El beso de Judas

La tauromaquia ha sido excluida de este bono a pesar de ser Patrimonio Cultural, de que la ley obliga a preservarla y difundirla por encima de los mantras y mentiras que calan en el ideario común

HERAS

Dicen los Evangelios que Judas vendió a Jesucristo por treinta monedas de plata. No sé si al cambio serán los doscientos millones que el Gobierno destinará al bono cultural de 400 euros para cada joven que cumpla 18 años en 2022.

Pero sí sé que este bono es una puñalada trapera, un beso envenenado, si por cultura sólo contempla lo que estime este Gobierno maricomplejines y sus socios podemitas. El caso no es nuevo; son los mismos intolerantes y sectarios que tumbaron la Cátedra de Estudios Interdisciplinarios en Tauromaquia en Salamanca, vulnerando la libertad de Cátedra. Cultura al peso, al dictado.

La tauromaquia ha sido excluida de este bono a pesar de ser Patrimonio Cultural, de que la ley obliga a preservarla y difundirla por encima de los mantras y mentiras que calan en el ideario común.

Según los datos del Ministerio de Hacienda, la Tauromaquia en 2019 recibió 65.000 euros de los PGE (30.000 del Premio Nacional de Tauromaquia y 35.000 para la Fundación del Toro de Lidia) frente a los 180 millones de subvención a exposiciones y museos; 102 para música y danza; 100 al cine español y 52 al teatro. De 953 millones de dinero público, la Tauromaquia recibió 35.000 euros, pese a que los toros son la manifestación cultural española que más ingresos fiscales genera, con más 43 millones anuales limpios para las arcas públicas.

Me pregunto si con esos 400 euros podrán adquirir el primer tomo del Cossío (con biografías escritas por Miguel Hernández); alguna lámina de las tauromaquias de Goya, Picasso, Dalí o Alberti (cuyo estudio negaron en la Usal); el clásico ‘Sangre y Arena’; escuchar Carmen de Bizet o leer a Chaves Nogales, aunque sea con un candil si siguen disparando el precio de la luz.

No seré yo quien me ponga en contra de ninguna manifestación cultural, que alimentan mi alma, mi vida; quien le diga a nadie qué tiene que leer, escuchar, sentir, vivir, no comprar al peso.

Vuestros cuatrocientos euros del bono cultural, si son condicionados, son un insulto para todos los jóvenes que saben dónde quieren ir, sea una plaza de toros, un cine o un teatro. Vuestros cuatrocientos euros son también un beso de Judas a la libertad, igualdad y derecho al trabajo de miles de españoles.

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