Guillermo Garabito - La sombra de mis pasos
El paso de los siglos
«La ciudad hecha templo, en oración de palmas que se agitan y niños que juegan a lo que hacen sus mayores»

Fue domingo desde el páramo hacía abajo. Domingo de Ramos, de palmas que aplauden, de abrir los armarios. De sacar los siglos a la calle, porque el Domingo de Ramos es la puerta de los siglos. «Recuerde el alma dormida». Domingo de Ramos y estrenar Semana Santa. La Semana Santa no se olvida. El tiempo le tiene ganas… Tantas que le pegó una vuelta al reloj para quitarle una hora a la noche y que otro año, nuevamente, fuera al fin Domingo.
La ciudad hecha templo, en oración de palmas que se agitan y niños que juegan a lo que hacen sus mayores. Van pasando las nubes como palios por el cielo –que mantiene– y van pasando las cofradías. La ciudad quiere ser Jerusalén; todas las ciudades quieren serlo. A la puerta de muchas iglesias hay montículos de ramas de olivo verde. De ramas que esperan manos de niños que las agiten. Y mis hermanos, que ya no quieren ser niños, disimulan para no cogerlas por si se encuentran con sus amigos. Pero cada Domingo de Ramos se para el tiempo y yo sigo creyendo verlo todo igual que cuando era niño de la mano de mi abuela. La misma Valladolid. La señora que vende las palmas yo diría que no es otra, igual de vieja, igual que entonces. Han pasado más de veinte años y son las mismas palmas, los mismos cofrades, quizás otros. Ahora, de las procesiones le hablo yo a mi abuela.
Después Valladolid dejó las palmas y se fue a tomar el vermú, casi olvidado el reloj y que no eran ya las dos, sino las tres. Pero el vermú, el Domingo de Ramos, es parte de la liturgia de esta vida. Domingo de Ramos es también constatar que seguimos vivos otro año y celebrarlo en la calle. A todo el mundo se encontraba ayer uno en la calle. Cada uno va haciendo su procesión particular, camina marcando sus estaciones. Y las mía me deja en oración silente entre los puestos de la feria del libro de viejo donde hay júbilo de páginas cansadas por el tiempo. Más que Domingo de Ramos se diría que, entre estos volúmenes, es Domingo de Resurrección. Libros que como antes las ramas de olivo verde, esperan manos nuevas que les den vidas nuevas.
Fue Domingo de Ramos. Hoy es Lunes Santo y sigue la procesión.