Antonio Piedra - No somos nadie
Palentianos y toledanos
Alberto Garzón se personó hace unos días en Palencia y se inventó por las buenas un nuevo gentilicio para designar a los habitantes de la muy noble, culta, y leal Palencia
El provenir del populismo en Castilla y el León, según cantan las encuestas, no está claro. Veremos el 26. El pescado por ahora o está demasiado crudo, o las redes son tan estrechas que cuelan pocos peces. Normal. El deporte de la pesca, a pesar de las páginas maravillosas de Miguel Delibes sobre la trucha, no tiene por estas tierras tanto predicamento como el de la caza. Por ello, ya decía el malvado Gracián, pensando en Castilla, que «el pez, el arroz y el pepino nacen en agua y mueren en vino» . Exacto. Lo que traducido en campaña electoral, como la que sufrimos ahora, tiene una aplicación práctica: que aquí la pesca, sin un buen riego de vino procedente de la ribera del Duero, tiene escaso porvenir.
Tan escaso que ya en el Guzmán de Alfarache, como en otra serie de pícaros famosos que no vienen al caso -y eso que aún no existía Venezuela con subvenciones suculentas para la pesca en la España invertebrada-, se hacía una advertencia capital a este respecto, y que el mismísimo Marx copió en sus largas meditaciones londinenses: «Pescar con mazo no es cosa cierta, ni pescar con ballesta». El programa oficial del podemismo -una reflexión quinquenal de pesca para nostálgicos del caviar soviético- ha querido pescar con mazo en Castilla y León. Y así, nos han anexionado a los castellanos y leones -¿lo habrán leído en algún catálogo de Ikea?- , a Castilla-La Macha por pura proximidad fonética. Ahí se lee que Toledo es Castilla y León. ¡Bingo!
La pesca con ballesta, o del todo vale en campaña piscatoria, ha corrido a cargo de Alberto Garzón , el líder de IU que ya es más de Podemos que el melón y el casamiento donde todo es cuestión de acertamiento. Siguiendo el internacionalismo de Ikea, se personó hace unos días en Palencia -ojo, no confundir con Valencia en donde el pescado es muy abundante y el ribera del Duero escaso como bien sabía el Cid- y se inventó por las buenas un nuevo gentilicio para designar a los habitantes de la muy noble, culta, y leal Palencia. Bautízoles a todos ellos como «palentianos» del nuevo pueblo de Palencia. Un bingazo sonoro a orillas del Carrión.
Dos lapsus linguae -deslices de la lengua- que fuera de la campaña electoral no tendrían más importancia, pues en definitiva señor@s, como dice el refrán castellano, ¿a qué puta de verdad, o que se precie de ello, no se le escapa un cuesco una vez metida en harina? A ningun@. Lo realmente impresionante, como complemento al catálogo podemita de Ikea, nos lo reveló el e x presidente Zapatero el viernes en Valladolid. Vino a decirnos que él era el asesor áulico de Podemos. Algo de lo que Iglesias se ufana en campaña electoral al decir textualmente que «Zapatero es el mejor presidente de la democracia y me aconseja cuando tengo dudas». Esto sí que es marcar un gol al PSOE en propia portería: palentianos y toledanos de Castilla y León, uníos.