El otro debate

Aún con la sensación de estar inmersos en los días después de las elecciones generales nos topamos con el Debate sobre el Estado…de la región. Nuestro mini debate, que ni es mini, ni es debate. Me explico. Nuestras Cortes dan cita a todas las representaciones plurales de los habitantes de la Comunidad, algo muy serio y muy importante. No hay que encogerse pensando en que somos menos que cualquier otra autonomía del Estado español. Tampoco es un debate al uso porque nadie en su sano juicio puede pensar que no haya otro discurso que el de la evidencia de que el Partido Popular lo está haciendo generalmente bien. Oponerse, es más un gesto de cara a la galería, a la clá de cada partido, que realmente a la creencia de que Herrera lleva las riendas de Castilla y León en mala dirección.

Con ello no vamos a omitir aquí las sobras de este año de legislatura que llevamos. Nuestro principal problema es la despoblación. Podemos ser la región más grande de Europa, incluso la que más tesoros e historia guarda, pero de nada sirve sin algo tan simple como importante como es la vida. Aquí caben dos líneas de trabajo, a saber, la de la financiación especial europea para dotar de mejores servicios públicos a tantos municipios rurales y dispersos con que contamos y que fijen población; así como reformar de una vez por todas el Senado como cámara correctora y que sitúe a Castilla y León como motor de iniciativas políticas y legislativas de inversión para la creación de empleo y comunicaciones de toda índole. Más autovías, más AVEs, más TICS en los presupuestos generales.

Parafraseando a un expresidente de la Junta que llegó a ser presidente de España: Castilla y León es España y España no sería tal sin Castilla y León.