ADIÓS A LA MUERTE DEL TORO DE LA VEGA
Otras ancestrales tradiciones con animales polémicas que aún se mantienen
Junto al festejo de Tordesillas, otros de los que llevan años en el punto de mira de los animalistas son el Toro enmaromado de Benavente, en Zamora y el Toro de Júbilo de Medinaceli, en Soria
El Toro de la Vega no es la única tradición ancestral castellano y leonesa que estaba en entredicho desde hace años. Con el morlaco también como protagonista cada vez despierta más animadversión el Toro de Júbilo celebrado en noviembre en Medinaceli (Soria), donde los lomos del astado son embadurnado con barro arcilloso para luego colocarle unas bolas en los cuernos que se prenderán fuego. A continuación, el morlaco es soltado en la plaza, donde corre detrás de los mozos. Vecinos y Ayuntamiento defienden esta fiesta, que podría proceder de un rito pagano de la Edad de Bronce , y buscan la declaración de patrimonio inmaterial por la Unesco. Numerosas organizaciones protectoras de los animales piden su prohibición.
Pronto, el próximo 25 de mayo, tendrá lugar otro de los festejos que despiertan recelos: el toro enmaromado de Benavente (Zamora). El pasado 4 de abril alrededor de 3.000 personas acudieron al municipio zamorano a la tradicional pedida del Toro Enmaromado en el Día de La Veguilla. Allí, el alcalde de la localidad, el socialista Luciano Huerga elevó el tono para reclamar que la celebración del Toro Enmaromado adquiera el rango de fiesta de Interés Turístico Nacional . Durante el festejo, que se celebra en el mes de junio, se suelta un toro por las calles de la ciudad, atado por las astas con una maroma, a través de la cual se le va guiando. El festejo también ha sido «legalizado» recientemente en Astudillo (Palencia) -el pasado año celebró su segunda edición-.
Algunas de estas costumbres han sido abolidas con el paso del tiempo. Es el caso de Manganeses de la Polvorosa (Zamora), que desde hace 16 años ya no arroja una cabra desde el campanario de su iglesia sino animal hecho de cartón piedra. También a nivel nacional se han terminado con polémicas tradiciones, como la de lanzar una pava desde el campanario de Cazalilla (Jaén). Otras siguen como el «correbous» que se celebra en varios pueblos de Tarragona, donde se ponen bolas de fuego en los cuernos del astado y se sueltan, o la costumbre de Lekeitio (Vizcaya), de competir por aguantar colgados de gansos muertos y engrasados.