Fernando Conde - Al pairo
La oportunidad de Cosme
«Aranguren ha reconocido su error y ha pedido disculpas. Y ese detalle le aleja y le desmarca del ejemplo de Podemos»
Con su habitual y efervescente ironía marxista (y no de Groucho precisamente) felicitó hace unos días Pablo Echenique al Rey por su cumpleaños a través de Twitter. El mensaje del líder podemita decía lo siguiente: «Feliz cumpleaños a nuestro jefe de Estado que se elige por fecundación, es constitucionalmente inviolable, gana 10.000 euros al mes, toma sopa con tres platos, vive en un palacio en medio del bosque e impone el collar de la Insigne Orden del Toisón de Oro a una niña de doce años...» A simple vista la impresión que da es que se trata del típico mensaje de un envidioso al que le encantaría ser, o parecerse al menos, al envidiado. Un mensaje que rezuma resentimiento y pelusa por sus cuatro sintagmas; la ocurrencia, simplona y demagógica, de un reduccionista de libro, la pataleta infatiloide de un inmaduro «madurista». Pero a veces este tipo de mensajes, que tienen su audiencia y su clac, llegan a un tipo de receptor que se siente directa o indirectamente atacado y que decide entrar al trapo, y contestar. Y ese ha sido el caso del portavoz municipal de UPyD en el Ayuntamiento de Segovia, Cosme Aranguren , que decidió responder a Echenique de esta forma: «Hablando de fecundación… el que tú fueses el mejor espermatozoide de tu fecundación da mucho que pensar». Es evidente que el mensaje es ofensivo hacia y para la persona a la que va dirigido, independientemente de las circunstancias físicas y psíquicas que concurran en el sujeto. Pero también, que si Pablo Echenique no estuviera en silla de ruedas, el mensaje, sin dejar de ser ofensivo, se entendería de una manera bien distinta.
Sea como fuere, Aranguren se equivocó gravemente y, aunque lo hiciera en una cuenta privada y a título particular, la mujer del César... Pero lo cierto es que Aranguren ha reconocido su error y ha pedido disculpas. Y ese detalle le aleja y le desmarca del ejemplo de Podemos, la formación a la que pertenece y representa Echenique. La misma cuya cúpula, hace un par de años, hizo causa común con uno de sus representantes, Guillermo Zapata , cuando se supo que éste había vejado, en un mensaje -también privado- de 2011, a I rene Villa y a las niñas de Alcásser al mismo tiempo. Entonces Pablo Echenique ni lamentó públicamente esas palabras ni le afeó el desafuero verbal a su compañero. Y, aunque es cierto que Zapata ya no está en Podemos -por pretender evadir el impuesto revolucionario que Podemos exige a sus cargos púbicos por serlo-, aquella indignidad sigue en el debe de los podemitas de rancio abolengo como él y que poco y mal representan a muchos de los que, de verdad, creen en ese proyecto.