Fernando Conde - Al pairo

Ombligos y cascabeles

«Personalmente estoy hasta el mismísimo ombligo, el mío, del ombliguismo onanista, narcisista y fatuo de todos estos ganapanes de baratillo»

FERNANDO CONDE

Como castellano y leonés y, por tanto como español, me declaro harto de los independentistas catalanes y de los nacionalislas vascos. Durante la fallida investidura de Sánchez hemos tenido ocasión de escuchar sus pataletas por que el candidato no aludiera a Cataluña y al País Vasco en sus intervenciones. ¿Y por qué habría de hacerlo?, ¿y por qué ocuparse de Cataluña y el País Vasco pormenorizadamente y no de Murcia, Santander o Castilla y León? Personalmente estoy hasta el mismísimo ombligo, el mío, del ombliguismo onanista, narcisista y fatuo de todos estos ganapanes de baratillo. Lo tienen que tener brillante de tanto mirárselo y toqueteárselo.

La débil y acomplejada democracia que hemos alumbrado ha dado alas y espacio propio en el Congreso, la casa de todos los españoles, a quienes deberían tenerlo simple y llanamente, como todos los demás, en una verdadera cámara de representación territorial. Esa sí sería una buena reforma de la Constitución y de las estructuras del Estado: hacer del Congreso un cámara de debate para los problemas que afectan a todos los españoles, independientemente de dónde vivan, y del Senado, una cámara de representación territorial en la que -ahí sí- las distintas comunidades que conforman este país pudieran reivindicar sus cuestiones particulares. Pero eso será difícil mientras sigamos haciéndonos trampas al solitario.

En Castilla y León, la comunidad mas histórica de España y espinal dorsal de un proyecto secular que hoy vemos que algunos iluminados pretenden dinamitar ya no desde fuera, sino desde dentro, no levantamos la voz ni para asustarnos. Y habría razones para ello. Por ejemplo, la posible desaparición de las diputaciones, pieza clave y fundamental en la administración de un territorio en el que lo provincial tiene un peso específico muy superior al de lo capital e, incluso, al de lo regional. Pero, ése es un cascabel para valientes. A ver quién se lo pone al gato.

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