Óliver Laxe: «El cine contemporáneo es demasiado perfecto»

El joven director y guionista franco-español ofrece una charla magistral en la Seminci

Óliver Laxe, durante la charla magistral en la Seminci HERAS

H. Díaz

La Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci) ha celebrado este jueves la segunda de las charlas magistrales enmarcadas en la 65 edición del festival; en esta ocasión, de la mano del director franco-español Óliver Laxe, que pese a su juventud y corta carrera cinematográfica -con tres películas en su haber- ha cosechado premios como el Fipresci del Festival Internacional de Cine de Cannes o el de la Semana de la Crítica de este mismo certamen.

Laxe, cuya última película «O que arde» resultó ganadora de dos Goya (a la Mejor Fotografía y también a la actriz revelación Benedicta Sánchez), ha señalado que si algo valora de su cine son las «irregularidades» y que sus películas «respiren de manera diferente». Para el joven cineasta «el cine contemporáneo es demasiado perfecto. Está demasiado bien hecho», lo que provoca que «las películas acaban siendo todas bastante iguales».

Ha recordado también el «proceso de gran madurez» que supuso para él su segunda película, «Mimosas», donde «tuve que cultivar mi aceptación, mi paciencia». Nada que ver con el rodaje de «O que arde», por ahora su último film, en el que pudo trabajar «más cómodamente» en el tiempo, también por disponer de mayor presupuesto: «Soy una cineasta de la imagen y eso es caro».

Sobre su forma de abordar una película, el director y guionista, que volvió a su lugar de origen de su familia -Galicia- para grabar esta última película ha detallado que intenta «racionalizar mucho las motivaciones que hay detrás de una película». «Hay algunos cineastas que trabajan en la imagen y otros más la idea. Yo creo que soy de los que se siente cómodo trabajando esencialmente la imagen», ha apuntado también respecto al protagonismo que tiene el fuego en el film, donde aborda la problemática de los incendios en el las zonas rurales de la comunidad gallega.

El director ha señalado también que el espectador está «normalmente acostumbrado» a que haya buenos y malos y lo que él busca es que «sienta al final de las películas que el mundo es complejo». Ha apuntado también que a la hora de abordar una película cree que no ha «inventado» nada, aunque es consciente de que «lo raro» hoy en día es su tipo de cine en un país en el que «no hay tradición» para él.

El cineasta, que ha repasado ante los alumnos del Máster «Procesos creativos e industriales del cine» creado por la Universidad de Valladolid y el propio festival su trayectoria desde el rodaje de su primer cortometraje, «Las Chimeneas», ha resaltado que le «gusta mucho» la docencia y ha explicado que lo bueno de pasar una escuela es que «trabajas el oficio», que a su juicio,«nos falta un poco a ciertos cineastas». En este sentido, ha considerado que el cine está cada vez «más polarizado» entre lo comercial y la expresión artística: «En el cine autoral nos falta oficio y al cineasta de mercado les sobra oficio».

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