Economía
El número de pensiones crece a un ritmo similar al que desciende la población
El dinero medio que ingresan se mantiene por debajo de lamedia nacional
La sostenibilidad de las pensiones es una de las principales incógnitas que ha dejado la incruenta crisis económica que ha asolado el país en los últimos años. Aunque el sistema depende de una «hucha» única que funciona de manera solidaria para todo el país, la especial idiosincrasia de Castilla y León dibuja un panorama especialmente crítico al sumarse el continuado aumento de pensiones, especialmente por el envejecimiento de la población, con la pérdida también constante del número de habitantes en la Comunidad en los últimos años. De hecho, se da una peligrosa y poco habitual correlación en los últimos seis años que consiste en que el número de personas que recibe este tipo de «renta» por parte del Estado se eleva a un ritmo cercano desde 2011 -un 2,5 por ciento más- que el porcentaje de pérdida de población en ese mismo periodo -un 3,3 por ciento menos-. Sin consecuencias de fondo porque el modelo no discrimina por comunidades, lo cierto es que la situación de Castilla y León puede ser un paradigma del problema que se cierne a corto y medio plazo para las siguientes generaciones que alcancen la jubilación, aunque es cierto que una parte de las pensiones que se perciben en la Comunidad no corresponden al «retiro» laboral y están vinculadas a otros capítulos como la incapacidad, la viudedad o la orfandad.
En concreto, el año arrancó en Castilla y León con un total de 604.287 pensiones, récord histórico absoluto en la región, que acumula subida tras subida desde comienzos de siglo. Aunque este número supondría que casi una cuarta parte de la población de Castilla y León es pensionista hay que recordar que son muchos los ciudadanos que, por distintas causas, reciben más de una ayuda, por lo que el número de pensionistas individuales sería bastante menor.
Mientras, los datos demográficos presentan una tendencia totalmente contraria, con 83.000 personas menos en los últimos cinco años y el mayor descenso de entre todas las comunidades. En todo caso, aunque cada vez con mayor peso porcentual de pensiones, la Comunidad se mantiene como la sexta que más población tiene y ocupa la misma plaza en el número de beneficiarios de este tipo de ingresos.
Ligera mejoría
Más allá de esta situación específica de Castilla y León por su acentuado problema demográfico, el ratio más utilizado para medir la viabilidad del sistema de pensiones en España es el que hace la comparación con el número de ocupados. Partiendo de la base de que lo más aconsejable sería que al menos hubiera 2,5 cotizantes por cada pensionista, la realidad nacional y regional dista mucho de ser la ideal. Así, a 1 de enero de 2016 el índice se situaba en Castilla y León en el 1,56 (943.900 frente 604.000), algo mejor que en los dos últimos años por la mejora en el empleo, pero inferior en todo caso al de ejercicios precedentes sin llegar nunca a un «reparto» de dos ocupados por pensionista que diera algún viso de tranquilidad. Además, en la comparativa con este mismo dato a nivel nacional, Castilla y León también sale mal parada, ya que el ratio en España se sitúa en el 1,93 por ciento y siempre ha estado por encima del porcentaje regional.
También superior es la pensión que se cobra en España respecto a la que se percibe en la Comunidad, aunque en los últimos años se ha estrechado ligeramente esa diferencia con una subida de 105 euros en Castilla y León desde 2011, cinco más que en el conjunto del país. En concreto, a comienzos de este ejercicio la cantidad media que se ingresaba por cada pensión en la región era de 879,07 euros. Por regímenes son los 16.842 extrabajadores de la minería los que obtienen una «paga» mayor -1.474,5 euros- por delante de los 5.385 personas que han sufrido alguna enfermedad profesional -1.312,3 de media-. También los apenas 312 empleados del mar que residen en la Comunidad están entre los que más reciben -1.169,3-. Mientras, el colectivo mayoritario, el de los 348.961 jubilados que han trabajado por cuenta ajena, tienen mensualmente 1.023 euros. Por debajo del «mileurismo», están los 14.242 que han padecido algún accidente de trabajo y que cobran 921,20. Mientras, entre los peor parados están los 197.265 autónomos que sólo ingresan 612.26 euros de media. En circunstancias aun más negativas se encuentran los 21.280 perceptores del Sovi -Pensiones del seguro Obligatorio de Vejez e Invalidez- que «ganan» en torno a 385 euros.