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Lo acontecido en el Congreso Nacional del PP del pasado fin de semana da para muchas especulaciones de cara al Congreso regional del 1 de abril. Sólo hay una cosa en la que todos parecen estar de acuerdo, que Juan Vicente Herrera repetirá candidatura a la Presidencia regional, con lo que se evitará cualquier tensión en el congreso y una posible bicefalia que, de producirse, muchos ven como un maleficio en el seno del partido. Herrera calla, deja abiertas posibilidades, pero al final despejará la incógnita de la manera más previsible, todo un clásico en su trayectoria política. No le ha ido mal, ni a la Junta ni al partido, con esta actuación y todo parece indicar que una vez más funcionará el sistema.

Aunque ya son varias las ocasiones en las que Herrera descartó presentarse a las siguientes elecciones autonómicas, ahora parece que su negativa es más firme, porque ya hay una Ley que limita los mandatos y aunque formalmente a Herrera no le afecta todavía, lo cierto es que el tiempo que lleva al frente de la Junta aconseja predicar con el ejemplo. En cualquier caso, la sucesión, si no se vislumbra en el congreso de abril, tendrá que empezar a despejarse pronto, porque el PP deja claro que su estrategia es remontar lo perdido en anteriores elecciones y por eso prevé adelantar la nominación de candidatos en el tiempo y que en mayo del año que viene ya se conozcan.

Atentos pues a los movimientos en el Congreso de abril y a los cambios que pueden darse en los provinciales, porque se estará diseñando el escenario de cara al futuro. Es evidente que estamos en tiempo de cambio pero yo no aventuraría muchas sorpresas. El ascenso de Fernando Martínez-Maillo en la cúpula nacional del partido tendrá su importancia y su influencia, pero jamás vía confrontación porque él conoce muy bien el partido y sabe que una de las claves es tener territorio y no tener conflictos en el mismo.