Religión
El nuevo obispo auxiliar de Valladolid: un hombre conciliador, cercano y con vocación pastoral
El nombramiento de Luis Argüello fue recibido con entusiasmo en la sede del Arzobispado
Estaba en la terna propuesta a la Santa Sede por el cardenal arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, pero hasta la mañana de ayer no se hizo público un nombramiento deseado y esperado por muchos en la Diócesis vallisoletana. El hasta ahora Vicario General -cargo que seguirá ostentando-, Luis Argüello ( Meneses de Campos, 1953), ha sido nombrado por el Papa Francisco obispo auxiliar, el tercero de la historia en la Iglesia vallisoletana, después de Mariano Cidad, en 1897, y Pedro Segura, en 1916.
El nombramiento de Argüello fue recibido con entusiasmo en la sede del Arzobispado de Valladolid, donde coincidiendo con la hora del Angelus y después de cantar el «Regina Coelli», el cardenal anunció a los medios de comunicación y representantes de la Iglesia vallisoletana el comunicado de la Santa Sede. Allí, un emocionado y agradecido Luis Argüello, se presentó como «un simple y humilde trabajador de la viña del Señor» para, junto a Blázquez, «servir a esta porción del santo pueblo de Dios que peregrina en Valladolid».
Argüello es, sin duda, una de las cabezas más brillantes de la Diócesis de Valladolid. Licenciado en Derecho y profesor universitario, ha puesto al servicio de su labor pastoral toda su formación académica y teológica en los muchos destinos por los que ha pasado, incluidas las parroquias de pequeños pueblos, desde que en 1983 ingresó en el Seminario vallisoletano. Discreto y prudente, pero siempre dispuesto a dar explicaciones , desempeña el papel de conciliador y, en muchos casos, de «apagafuegos» , consciente de la necesidad de trasladar una imagen de Iglesia abierta y cercana que evoluciona con la sociedad. Los más conservadores le recuerdan su pasado «de izquierdas» y su talante «progresista» que es, precisamente, lo que le coloca en la órbita del Papa Francisco. Pero lo que nunca le podrán reprochar es haberse alejado un ápice de los dogmas y de la Liturgia de la Iglesia Católica.
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