Economía
Nuestro consumo energético a partir de fuentes renovables duplica el nacional
La cuota de hidráulica, solar y biomasa supera el 34 por ciento del total en Castilla y León

Contribuyen a limitar el cambio climático al no provocar emisiones contaminantes y favorecen la seguridad de suministro. El sol, el agua, el viento, la biomasa y los biocarburantes son en Castilla y León la fuente de un tercio de los recursos que se requieren para calentar hogares, encender luces o arrancar máquinas. Tras haber elevado su cuota en los últimos años, la energía consumida procedente de las renovables está ya por encima de los compromisos climáticos internacionales, una tendencia que no se comparte en el conjunto del país. Y es que la cuota de «energía limpia» en la Comunidad duplica a la media nacional.
La Unión Europea adoptó el objetivo vinculante de aumentar a un 20 por ciento el porcentaje de renovables en el consumo energético con el horizonte 2020. De momento, Castilla y León (con el 34,7 por ciento) ya ha superado «con creces» esa barrera y España aún no (15,7%), según se recoge en el análisis del sector de la Estrategia de Eficiencia Energética para los próximos tres años diseñada por la Consejería de Economía y Hacienda a través del Ente Regional de la Energía (Eren).
De acuerdo con este informe, la alta cuota de las renovables pone de relieve en la Comunidad que es posible un esfuerzo para tratar de poner freno al temido cambio climático con la reducción de emisiones y evidencia, además, que el avance de estos recursos no fulmina a los tradicionales, sino que contribuye a contrarrestarlos. Y es que Castilla y León, donde las renovables tienen un peso muy superior al de la media nacional, es también tierra de carbón y ha sido de nuclear con la central de Garoña, que podría reabrir sus puertas si recibe la autorización del Gobierno y la propietaria sigue adelante.
De acuerdo con el estudio de la Junta, en los últimos años la generación eléctrica a partir de renovables, que es donde más peso tienen, ha evolucionado de manera «muy favorable, ganado progresivamente terreno frente a fuentes tradicionales tal y como ocurre con el carbón y la energía nuclear, superando la producción de éstas desde el año 2009». Este adelantamiento de la energía limpia, sobre todo a la producida por las nucleares, constituye para el Eren un «hito en la historia de las renovables».
En concreto, desde 2007 a 2014 la cuota de las renovables en el consumo de energía se ha multiplicado por dos . Si al inicio de ese periodo se rozaba el 16 por ciento del consumo de energía final bruto - hace una década Castilla y León se encontraba ya en el punto en el que se halla ahora el conjunto de España-, en siete años se llegó al 34,7 por ciento.
De cara al futuro , se prevé que la cuota haya crecido hasta el 37,56 por ciento en el año 2020, fecha límite para el citado compromiso del 20 por ciento para garantizar la reducción de emisiones, que en España en su conjunto aún se está pendiente de cumplir. De hecho, se redujo en un punto la participación de las fuentes limpias en los últimos cálculos publicados por la Comisión Europea correspondientes a 2015, cuando se cifró en un 15,7 por ciento. Pese a ello, Bruselas cree que se conseguirá el objetivo marcado.
Dentro de las renovables se pueden distinguir entre tres tipos: las destinadas a la generación de energía eléctrica, los recursos para usos térmicos y los biocarburantes para el transporte. Las que más peso tienen serían las primeras, con un 77 por ciento de las energías limpias destinadas a esta producción y entre ellas Eolo es el dios dominante. Hace veinte años, aún no se erigía en la Comunidad ni un sólo aerogenerador, pero ahora Castilla y León es potencia mundial y duplica a países enteros en cuanto potencia instalada.
La energía eólica es así la predominante , llegando a representar un 39 por ciento del total. Le sigue la hidráulica con un 34 por ciento y ya a mayor distancia las renovables térmicas tales como la biomasa y la geotérmica, que representan un 24 por ciento. Muy lejos de ellas queda la solar, que tan sólo cuenta con un tres por ciento del total.
Biocarburantes
La asignatura pendiente en Castilla y León, y, en general, en el conjunto de España son los biocarburantes. También para ellos la UE marcó un compromiso: que coparan el 10 por ciento del consumo de combustibles para el transporte. En 2014 en Castilla y León no llegaba esta cuota ni al cuatro por ciento. «Muy lejos» de cumplir, la estrategia energética de la Junta asume que no lo hará pero buscará de cara a 2020 alcanzar el 8,5 por ciento.
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