Luis Jaramillo - Punto de vista
Nubarrones
«La calma chicha que vivió la política en Semana Santa se ha visto sacudida por las encuestas que han llegado con la Pascua»
La calma chicha que vivió la política en Semana Santa se ha visto sacudida por las encuestas que han llegado con la Pascua y que reflejan una fotografía del momento que no gusta nada en el PP. A nivel nacional, Ciudadanos sigue ganando espacio electoral y en Castilla y León, la única encuesta conocida no augura buenos datos, ya que podrían perder hasta diez escaños. Con todo, el PP en Castilla y León mantiene el tipo y es claramente el primer partido político, pero si se unen los dos grupos mayoritarios de la oposición pueden arrebatarle el gobierno que han mantenido en las tres últimas décadas.
Se miran las encuestas con respeto y conscientes de que falta mas de un año para las elecciones. Es un hecho que la gestión nacional no suma, como tampoco lo hace la de algunas áreas del Gobierno regional, en particular la Sanidad, a la que se mira con gran preocupación. La maquinaria del partido se esfuerza en llevar a todos los puntos de la Comunidad la tarea realizada en tiempos de crisis, pero la realidad es que el clima político no ayuda nada.
Este fin de semana habrá cónclave nacional en Sevilla para insuflar ánimos a la organización, pero todos temen que sea más de lo mismo, discursos y economía, sin detenerse a pensar en clave política, ni mandar mensajes o tomar iniciativas que hagan recobrar la confianza a un electorado que está demasiado cansado de que se le ignore.
En la semana siguiente, Rajoy vendrá a Castilla y León, a Zamora, para participar en un acto sobre la despoblación. Aquí son conscientes de que la imagen por la imagen ya no vende y esperan algún anuncio o un mínimo revulsivo electoral. Nadie confía en que Rajoy cambie algo y este inmovilismo es el mayor lastre electoral.