Cultura

«El novelista puede llegar donde no puede hacerlo el historiador»

Luis García Jambrina presenta este jueves «El manuscrito de fuego» en la Universidad de Salamanca

Luis García Jambrina, con su nuevo libro, junto a la fachada de la Universidad de Salamanca D. ARRANZ

HENAR DÍAZ

Tras dejar por unos años de lado a Fernando de Rojas, protagonista de sus novelas «El manuscrito de piedra» y «El manuscrito de nieve» y adentrarse en la vida de Miguel de Cervantes y la periodista de sucesos de los años 50 Margatita Landi, el escritor y profesor de Literatura de la Universidad de Salamanca Luis García Jambrina sintió la necesidad de volver a este personaje. Eso sí, no lo quería hacer de cualquier manera, antes creía que debía encontrar «un buen argumento» y así considera que lo ha hecho en «El manuscrito de fuego» (Espasa, 19,90 euros), la tercera y penúltima entrega de la saga.

El que no sea la última y definitiva obra de la serie lo deja ya entrever en el epílogo de este nuevo libro, en el que el escritor de origen zamorano «anuncia» que habrá una cuarta entrega con la idea de trasladar a su protagonista, Fernando de Rojas, al llamado «Nuevo Mundo», concretamente a la isla de La Española, con el fin de adentrarse en los conflictos de intereses que allí surgen tras el descubrimiento y reflejar las preocupaciones de algunos dominicos por la situación que vivían los indígenas. Pero para leer esta última parte todavía habrá que esperar un tiempo -«necesitaré de mucha documentación», señala-. Por el momento, este autor que confiesa que llegó a la novela histórica «de casualidad» y con Umberto Eco y «El nombre de la rosa» como referentes, traslada la acción de «El manuscrito de fuego» a finales del siglo XV, en el que un Fernando de Rojas «con las facultades muy mermadas» investiga, por encargo de la emperatriz Isabel de Portugal la muerte de don Francés de Zúñiga, antiguo bufón de Carlos V y autor de la «Crónica burlesca» de la corte del emperador, que es asesinado por varios desconocidos en la localidad salmantina de Béjar.

Explica García Jambrina que le gusta adentrarse en la vida de personajes de los que se sabe muy poco, y de ahí que en su día se fijara en Fernando de Rojas, del que no hay una biografía como tal, como protagonista de esta serie, y ahora también en la vida de «Francesillo» de Zúñiga a través de las páginas de esta novela de intriga, en este caso «muy justificada», ya que recuerda que «murió asesinado».

«Verosímil y coherente»

El profesor no cree que este tipo de géneros confundan al lector entre lo que fue realidad y lo que es ficción, ya que «sabe que está leyendo una novela y entiende que a ese personaje sería imposible acercarse de otra forma». Es la «ventaja» del novelista, entiende, «que puede llegar a donde no puede hacerlo el historiador». «Lo que tiene que hacer un novelista es que la historia sea verosímil y coherente desde el punto de vista narrativo y al mismo tiempo histórico», pero también -añade- entendiendo que «la literatura no ofrece verdades objetivas y científicas; son de otro tipo, pero pueden resultar más interesantes».

Aunque hace unos días el escritor presentó su nueva obra a los alumnos del IES Ramón y Cajal de Valladolid, este próximo 25 de enero lo hará de manera más oficial en la sede de la Universidad de Salamanca, acompañado por el nuevo rector de la institución Ricardo Rivero y el también escritor Gustavo Martín Garzo. Es su particular homenaje al Estudio salmantino en su VIII centenario, aunque recuerda que la Usal ya está presente en su primer libro de la serie «El manuscrito de piedra». Entonces quiso ya situar la trama en el momento previo a que Fernando de Rojas escribiese «La Celestina», en cuyos márgenes el autor y humanista dejó plasmado que acudió a esta bella ciudad castellana Patrimonio de la Humanidad a estudiar bachiller en Leyes.

En esta última entrega, Fernando de Rojas, ya en plena senectud, será ayudado en su investigación por un joven estudiante llamado Alonso Jambrina, al que el profesor de la Usal además de su apellido, le «cede» su origen zamorano «en un juego literario más» y hace que el protagonista «vea en él el reflejo de lo que había sido en su día».

Confiesa que aunque no le ha llegado ninguna propuesta en firme, sí que ha mantenido alguna conversación para llevar sus novelas al cine. En este sentido, García Jambrina considera que sus obras pueden tener ciertas características cinematográficas. «Tiendo a visualizar mucho los escenarios, que son muy importantes dentro de mis novelas y luego, a mí siempre me ha interesado mucho utilizar los diálogos como forma de narrar, y eso también lo hace el cine».

«El novelista puede llegar donde no puede hacerlo el historiador»

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