Artes&Letras / Libros

Una novela polisémica

El escritor leonés José María Merino regresa con «Musa Décima», una narración que se desarrolla entre el siglo XVI y la actualidad

José María Merino, en una imagen de archivo F. HERAS

NICOLÁS MIÑAMBRES

No es raro calificar una novela de Merino de excelente. En toda su producción nos encontramos con obras diversas que abarcan todos los géneros y épocas, desde estudios de la antigüedad por ejemplo, pasando por el Barroco, hasta el León de los sesenta o el mundo contemporáneo. Todo ello sin olvidar la trilogía americana de Las crónicas mestizas, de posible relación en el final de esta nueva novela. Estos temas están presentes de alguna manera en Musa Décima, una novela total, por cuanto desde el ambiente del siglo XVI, momento en que se publica Nueva filosofía de la naturaleza…, hasta los tiempos de la novela actual, le sirven de escenario y especial significación. Es uno de sus grandes logros, el sentido narrativo diacrónico del siglo XVI y el aprovechamiento sincrónico del ambiente actual, perfectamente enlazados por el personaje de Berta. A todo ello hay que señalar la condición pictórica del autor, creador de las ilustraciones del texto.

Dividida en nueve partes, Musa Décima desarrolla diversos aspectos vitales, literarios, recordando cómo Lope de Vega califica a Oliva Sabuco, la autora, como «musa décima». La presencia de la escritora renacentista Oliva Sabuco dota a la obra de un contenido de clasicismo y expresión originales. El nombre de Cervantes dignifica simbólica y literariamente la obra renacentista.

La escritora renacentista Oliva Sabuco tiene una presencia fundamental en la obra

Referido a los tiempos actuales, leemos que Berta (una profesora de instituto, enferma de cáncer) estudia con entusiasmo a una escritora, Oliva Sabuco, sobre la que ella está redactando un estudio. Es tal la identificación con el sentido y atractivo de la obra que Berta la considera sentada con ella en su casa, con presencia real. A pesar de que Berta maneja la «cuarta impresión reconocida, año de 1728» de Oliva Sabuco, la obra ejerce sobre ella una influencia en el sentido del valor humano y el estilo literario. Como se puede observar, la diacronía renacentista que representa Oliva Sabuco, la magnificencia de la obra sobre la que escribe, y un modelo especial del clasicismo, coinciden con la sincronía vital y artística que representa Berta, una mujer separada que sufre para poder investigar. Está separada de Raimundo, quien ahora es amante de Olga, autora de novelas históricas y que, en algún momento, aprovecha el material que elabora Berta. Su hijo Rai, aficionado al cómic, un chico de precaria consistencia vital, está relacionado sentimentalmente con Marina, novelista de éxito. Como el libro de Oliva Sabuco se convierte en una obsesión para la novelista, Berta se lo dejará en herencia a Marina, ahora en crisis creativa.

En los tiempos actuales, Berta, una profesora de instituto, estudia con entusiasmo la obra de la autora

Desde esta perspectiva, el libro mantiene su influencia. El lector conoce la belleza bibliofílica que atesora y Marina se nutre humanamente de él. Todo, la sincronía y la diacronía, coinciden en un final feliz. El libro, cuyo dueño será Rai, sigue influyendo por su calidad y sirve de herramienta novelesca a Marina. El desenlace es inesperado y relativamente extraño: Rai, emigrado a América por amor, consigue una forma curiosa de editarlo. Por todo ello resulta sorprendente el desenlace. De ahí el inesperado milagro de las palabras finales: «La Décima musa. Doña Oliva en Indias. Y dos firmas: Berta Delgado y Rai Ríos». Su misterio queda felizmente resuelto en la lectura de la obra y, especialmente en el contexto aludido, una especie de breve epílogo.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación