Artes&Letras / Literatura

Una novela «histórica»

La escritora salmantina afincada en Madrid Pilar Fraile se ha convertido en la primera mujer galardonada

ICAL

José Ignacio García

Hace unas semanas que se conoció la noticia de que la novela Días de euforia, de la escritora salmantina Pilar Fraile, se había adjudicado la décimo novena edición del Premio de la Crítica de Castilla y León; una revelación que no resultaría especialmente relevante si no fuera porque la escritora, afincada en Madrid, es la primera mujer que consigue incluir un nombre femenino en una nómina de ganadores que en todas las ediciones precedentes había estado copada por novelistas, poetas, narradores, ensayistas o dramaturgos varones.

En Días de euforia Fraile plantea una novela coral y, presuntamente, de género; lo que causaría extrañeza a primera vista, porque este tipo de obras no suelen captar habitualmente la atención de jurados literarios de, como es el caso, prestigio y amplio espectro.No obstante, es posible que la obra de la poeta, prosista y filósofa charra lo haya conseguido esta vez porque, en realidad, no se trata -como pretende aparentar- de una distopía ni de una proyección futurista de los temas que aborda: el big data, los algoritmos, el mundo de las finanzas y las inversiones financieras o la fecundación artificial. Se trata, sencillamente, de una correlación de situaciones que bien podrían pasar en nuestros días, entretejidas con un lenguaje ligero, que permite que la trama se siga con facilidad.

No se trata de una distopía ni de una proyección futurista de los temas que aborda

Las páginas de Días de euforia están pobladas por Mary (o María), una analista de datos que ve gusanos en sus sueños; Diana, una ejecutiva financiera; Angélica, una especialista en reproducción asistida; Blasco, que pasa de consumir pornografía infantil en Internet a mero comparsa; y Carlos que, consciente o inconscientemente, termina por convertirse en el gallo fecundador del corral.

Gracias a ese repertorio de personajes, al que se suman otros menos trascendentes, cuyas vidas van confluyendo en diversos momentos y circunstancias, pero a los que les falta desarrollo, credibilidad y calado emocional, Pilar Fraile hace avanzar una historia menos ocurrente de lo que su inicio vaticina hacia un desenlace más o menos previsible, por más que la autora trate de aportar de vez en cuando algún golpe de efecto y tiña algunas escenas con matices humorísticos, que unas veces logran su objetivo y otras se pierden en salvas huérfanas de pólvora y de gracia.

Los desengaños particulares y la mezcolanza de relaciones personales, de afectos y de infidelidades origina cruces de caminos que, sin embargo, no provocan tensiones ni conflictos relevantes; y la proliferación de escenas eróticas tampoco termina de encandilar el ambiente de la narración. Como en un momento dado dice Blasco, aludiendo a su relación con su esposa Diana, ‹‹su cuerpo frío se desliza hacia mí y me abraza. Es agradable, como el abrazo de un hermano››. Y así es la novela: tibia, dócil, aseada, correcta, pero incapaz de provocar demasiadas conmociones en el ánimo del lector, que devora páginas anhelando que llegue una escena conmovedora que no se termina de producir.

La proliferación de escenas eróticas no termina de encandilar el ambiente

Pese a lo manifestado, y a no hacer honor a su título, Días de euforia no pasará de puntillas por los anales de la literatura castellana y leonesa actual, ya que el género, no de la propia obra sino de su autora, y el galardón conseguido sirven para convertirla, incuestionablemente, en una novela histórica.

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