En primera línea
«No se vende ni un cordero. Como no cambien, muchos cerrarán»
La actividad del pastor segoviano Eduardo Antona no ha variado durante el estado de alarma, pero sus ingresos y sensanciones sí
![Eduardo Antona posa junto a sus ovejas en el campo](https://s2.abcstatics.com/media/espana/2020/05/01/pastor-kBhF--1248x698@abc.jpg)
Su actividad no ha variado, pese al estado de alarma por el coronavirus, pero sus ingresos y sensaciones sí. Eduardo Antona tiene la «suerte», reconoce, de poder seguir saliendo cada tarde con su rebaño de ovejas, y al principio «lo llevaba bien», pero ahora recone que «ya se hace pesado».
Hasta en mitad del campo se nota el estado de alarma por la pandemida. «Hay días que llegas de bajón porque no ves movimiento de coches y camiones» , señala. «Parece que estás en una película y ni te lo crees». Algún agricultor que ve con su tractor para seguir realizando su también actividad esencial, es de los pocos con que se cruza. Y en Pinarnegrillo (Segovia), con un centenar de habitantes , « está como triste. Como con menos vida» , reconoce.
Lamento también porque, aunque continúa con su actividad, lo que recibe por sus corderos nada tiene que ver con lo que percibía antes. El cierre de la hostelería ha impactado de lleno en el ovino de carne, que apenas encuentra salida a su producto, precisamente en la época álgida de cría y consumo. «No se vende ni un cordero», lamenta, y los que encuentran comprador, «bajo coste. Lo que come la madre vale más que lo que te pagan por él».
Sus ovejas han criado esta primavera más de 70 animales . Las hembras las ha dejado para que se hagan madres y los machos, «vendido como he podido, pero por mucho menos que otras veces» . «Como no cambie, muchas explotaciones se cerrarán», augura. «Yo tengo poco (250 ovejas)... pero el que tenga mucho...», resopla, a la vez que se felicita por la generosa primavera en pastos que no obliga a comprar forraje . «Si no, apaga y vámonos», advierte, como cada tarde, que sale a pastar, acompañado de sus cinco perros y cámara de teléfono en mano, que comparte en las redes: su ventana para que sus amigos confinados se asomen al campo.