Industria

Nicolás Correa: una empresa joven con 75 años

La firma asentada en Burgos dedicada a la fabricación de máquina-herramienta sigue centrada en la exportación y obtiene un saneado balance económico

La empresa celebró a principios de mayo la conmemoración de 75 aniversario R. O.

Pedro Sedano

Al cumplir 75 años, Nicolás Correa, una empresa dedicada a la fabricación de máquina-herramienta y enfocada, sobre todo, a la exportación, es «una empresa joven, con la ilusión intacta», asegura su CEO, Carmen Pinto. De hecho, atribuye a esa fuerza la rápida recuperación tras la crisis y pese a las dificultades añadidas provocadas por la pandemia y por la guerra de Ucrania. Durante 2021, alcanzó unos ingresos ordinarios de 76,5 millones de euros. Este dato de facturación marca un hito para el grupo burgalés, ya que supone un crecimiento del 15% respecto al ejercicio 2020 (66,5 millones de euros) y un 3,5% más que el ejercicio 2019 (74 millones de euros).

Nicolás Correa es una empresa de origen familiar que nació en Éibar (Guipúzcoa) en 1947. En 1965 se asentó en la capital burgalesa, en el antiguo polo industrial, hoy Polígono Industrial Este, donde a partir de 1988 contó con unas nuevas instalaciones. Desde 1989 cotiza en bolsa. Su presidente, José Ignacio Nicolás Correa, hijo del fundador, destaca el peso internacional de la compañía. El 90% de su producción se destina a la exportación a más de una veintena de países. Entre ellos, el mercado chino, al que van a parar prácticamente el 20% de esas exportaciones. Por su parte, Carmen Pinto reconoce la incertidumbre actual, donde en España se supera la pandemia pero ésta sigue afectando a China. A esto se suman los factores de desestabilización de la circulación de ciertas materias primas y las consecuencias de la guerra de Ucrania.

A pesar de la actual situación coyuntural de constante incremento de los costes de suministros, materias primas y transporte, el Grupo Correa consiguió mantener sus niveles de rentabilidad en el último ejercicio. De hecho, el ebitda del grupo creció un 11%, hasta situarse en los 9 millones de euros. Asimismo, se mantiene la proporción de ebitda sobre ingresos en el 12%, por encima de la rentabilidad media del sector. La buena marcha se confirma en el beneficio antes de impuestos consolidado de 7 millones de euros, un 8% más respecto a 2020. Además, la solidez financiera permitió respetar el compromiso de retribución a los accionistas en 2021, con el pago de un dividendo de 0,20 euros por acción, casi el 18% más con respecto a los dos años anteriores.

Mayor demanda

De hecho, Carmen Pinto considera que están en uno de los mejores momentos de su historia, gracias, sobre todo, al incremento de la demanda por la reanudación de la inversión en países en los que cuentan con una importante presencia. Así lo refleja la cifra de captación de pedidos, incluidos los intragrupo, que alcanzó los 134 millones de euros, más del doble de los cerca de 65 millones del año anterior, que representa el mejor dato comercial del grupo en la última década. Esta captación propició terminar el ejercicio con una cartera de pedidos de 82,6 millones de euros, un 193% más que el año anterior que se cerró el año con 28,2 millones de euros.

Los niveles de exportación del grupo superan el 90%. Destaca el mercado chino, con altos niveles de crecimiento y donde poseen una estructura consolidada, un aspecto clave. Nicolás Correa afianzó en 2021 su posición en la región asiática y se convirtió en proveedor de referencia en fresadoras de importación, sobre todo en máquina de gran tamaño orientada al sector aeronáutico y eólico, a pesar de la competencia de fabricantes chinos y europeos. En Europa, el grupo burgalés sigue también su expansión, donde destacan las exportaciones a Italia, que se situó por primera vez a la cabeza de la captación de pedidos en Asociación Española de Fabricantes de Máquina Herramienta (AFM) en el subsector de fresadoras. En Alemania, uno de los mercados que más acusó la crisis provocada por la pandemia, se está recuperando la presencia de Nicolás Correa, sobre todo por el efecto de contar con una filial comercial de la compañía. Es en el mercado nacional donde la presencia de resulta más discreta. Carmen Pinto reconoce que, aunque el Plan Renove permitió incrementar la inversión en el tejido industrial, «los niveles de captación de pedidos siguen estando por debajo de su potencial real».

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