Nervios y ansiedad

Los discursos y corrillos del día de la Comunidad denotaban nervios entre los miembros de los dos partidos mayoritarios, con excepción del presidente, que impartió una clase de Derecho Constitucional, que es de esperar no inquietara a Rey. El miedo a la pérdida de votos se evidencia cada día. En el caso de PSCL las aguas han bajado revueltas la semana pasada y se desbordaron con el descoloque ante la intervención de Juan Carlos Mestre sobre la Memoria Histórica (tan despistados andan en Cultura que no saben a quién encargaron el discurso de los premiados). El PSCL no estaba avisado y no capitalizó. Pero el problema es la lluvia fina, la continua pérdida de décimas en las encuestas sin conseguir el sorpasso a los populares. Extraña el optimismo de Sánchez a nivel nacional y de Puente en la región (con Tudanca desaparecido) por dos motivos: por el efecto burbuja y seguir en la confusión militantes igual a votantes; y porque confían en la necesidad de conformar gobiernos con Ciudadanos, que sube sin alcanzar una situación dominante.

En Castilla y León además de sembrar más en zonas rurales mientras los populares se encuentran paralizados, se proponen radicalizar el discurso para coger votos en el caladero de Podemos. Las descalificaciones del alcalde de Valladolid al hasta ahora amigo Pablo se entienden en este sentido. Sin embargo, el PSCL sabe que tiene que hacer más, pero no atina con la tecla, y es consciente del escaso tirón del secretario general regional. A Sánchez y a la estructura les horroriza plantearse un cambio de cartel electoral, porque agitaría a la militancia, pero son conscientes de que tendrían más votos con Puente. Este desasosiego provoca en el alcalde el silencio en la portavocía y en el partido la ansiedad.