José Luis Martín - En las cañerías

Nadie se fía de nadie

«Olvida Igea que algunos de esos «indeseables» cuentan con mayorías, y que otros, como Carnero, firmaron en 2015 con Cs un pacto para que la limitación de mandatos no fuera retroactiva»

HERAS

Resolver en una hora un principio de acuerdo entre dos partidos que han mantenido una tensa relación en los últimos meses sonaba casi a milagro. Sin embargo, PP y Cs, o más bien sus representantes nacionales, parecen tener claro que quieren pactar en Castilla y León y así lo escenificaron el miércoles. El propio José María Espejo (Cs), calificando ayer a Tudanca de «acérrimo sanchista», daba a entender que su partido niega cualquier oportunidad al PSOE. Aunque si uno prestaba atención a las palabras y observaba los gestos del candidato Francisco Igea durante ese mismo acto, podía intuir que no todo iba a ser tan fácil y que, una vez ya sin intermediarios ni «controladores» que le marquen los pasos desde Madrid, la negociación con el candidato díscolo de Cs podía tornarse a cara de perro.

Y así quedó demostrado ayer, tan sólo un día después del primer apretón de manos. Las exigentes condiciones que el líder de la formación naranja impone a Mañueco, obligándole a desprenderse de un plumazo de candidatos muy cercanos, augura que el acuerdo no va a ser nada fácil para el PP. Olvida Igea que algunos de esos «indeseables» cuentan con mayorías, y que otros, como Carnero, firmaron en 2015 con Cs un pacto para que la limitación de mandatos no fuera retroactiva. También que negociar no es imponer.

Y eso sólo para empezar. Tras el buen sabor de boca del primer momento, los de Mañueco saben que deben ser prudentes (¡cuidado con las declaraciones y los tuits!), y estar preparados para los nuevos «imposibles» que su futuro «socio» continúe exigiéndoles. Bien es verdad que habiendo sintonía en las bases programáticas, todo se antojaba relativamente fácil, pero es que la gran dificultad será sin duda el «encaje de bolillos» que haya que hacer en el reparto de poder (ayuntamientos, diputaciones, Cortes y la conformación del Gobierno, incluida la Presidencia). Algo que, por otro lado, no es prioritario para el ciudadano.

La tranquilidad del PSOE también da pistas de que podría tener un as en la manga o información privilegiada de Igea. Por no hablar de la denuncia anónima presentada en los juzgados contra el PP por unos hechos supuestamente ocurridos en 2017, lo que revela nerviosismo entre los que temen que Mañueco sea presidente. Comienzan dos semanas de infarto para los tres partidos en liza. Y de momento, nadie se fía de nadie.

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