Los muñidores del estrepitoso fracaso de la apuesta de Rivera

La operación «Clemente» le estalla en las manos a dirigentes de Ciudadanos en Castilla y León como Pablo Yáñez, que ayer dimitió de sus cargos

Luis Fuentes y Pablo Yáñez, durante la campaña de las Generales en 2016 ICAL

J. M. AYALA.

La imagen publicada en ABC el día después del portazo de Clemente al PP donde aparecía la entonces presidenta de las Cortes con el hasta ayer responsable de Comunicación de Ciudadanos en Castilla y León, Pablo Yáñez, en un bar del barrio de las Delicias de Valladolid dejaba a las claras que la negociación entre ambos llevaba trabajándose varios meses. Si fue Clemente la que se acercó a Yáñez o al revés puede que nunca se sepa. Lo único claro es que fue el dirigente salmantino, que ayer renunció a sus cargos, el que planteó en el partido la opción de que la expopular se convirtiera en la candidata de Cs en Castilla y León.

Él, Miguel Ángel González y el portavoz en el Parlamento regional, Luis Fuentes, han sido los verdaderos artífices de este estrepitoso fracaso. Fuentes, que se erigía como candidato en cuanto un periodista le preguntaba, trabajaba en las cañerías por no serlo y así dar el salto al Congreso de los Diputados, donde iba a tener una responsabilidad mucho menor. Los tres, respaldados por todo el Grupo Parlamentario, a excepción de Manuel Mitadiel, fiel aliado de Francisco Igea, tenían muy claro que esta aventura iba a salir sí o sí.

No era para menos. La dirección nacional de Cs con Rivera, Arrimadas y Villegas a la cabeza habían dado el visto bueno al plan, lo que parecía garantizarle la victoria. La segoviana siempre ha caminado sobre seguro y no iba a dar un paso semejante si no tenía todo atado. Lo que no sospechaba ni ella ni el «aparato» ni sus apoyos en Castilla y León es que la jugada no iba a ser entendida por los afiliados, que finalmente le han dado la espalda. Que una exmiembro del PP, muy crítica en su momento con Ciudadanos se convirtiera de repente en la candidata de Rivera fue una noticia que sorprendió, y no para bien. El «fichaje» de la segoviana trascendió mucho más de lo que imaginaron sus impulsores y llegó a los medios nacionales. Rápidamente, la palabra «tránsfuga» se vinculó a una operación que se había mantenido más o menos secreta y finalmente la mayoría de votantes no ha querido «tragar» con una candidata impuesta y proveniente de un partido que, según ellos, representa lo opuesto a sus valores.

A nivel nacional, mientras Rivera no ha querido «mojarse», ha sido el secretario general, Manuel Villegas, el que ha dado la cara para justificar la sorpresiva candidatura. Para ello, no dudó en afirmar que los contactos con Clemente se iniciaron después de su dimisión como expresidenta de las Cortes y no antes. Entre las «equivocaciones» del número 2 de Cs también hay que recordar que afirmó que Clemente había dado explicaciones de las ayudas por valor de 589.000 euros concedidas cuando era consejera de Agricultura a la empresa de su marido y cuya supresión ha sido avalada hace escasos días por el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León. Junto a Villegas, también apoyaron con su presencia a la segoviana dirigentes como Juan Carlos Girauta y Miguel Gutiérrez.

Acompañada en todos sus actos de campaña por Fuentes,contó también con el «sí» de las dos posibles candidatas a las alcaldías de Valladolid y León, Pilar Vicente y Gema Villarroel.

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