Entrevista

«Muchos políticos deberían aprender del consenso entre los sindicatos y la patronal»

El presidente del CES, Germán Barrios, destaca que el estado del bienestar «no ha zozobrado» en Castilla y León al primar el diálogo social

Germán Barrios, durante la entrevista con ABC F. HERAS

J. M. AYALA

-En su estreno como presidente consideró que la crisis no debía ser un «argumento válido» para recortar el Estado del Bienestar ¿Querría saber si en su opinión se ha metido la tijera en Castilla y si estaba justificado por el descenso de ingresos?

-Cuando hay una bajada de presupuesto, hay recortes. En aquellos años, había una política de austeridad impuesta desde la Comisión Europea y desde el Gobierno de Merkel que era un error porque se dejaron a un lado las inversiones productivas que también incluyen lo social y que en Castilla y León sí se han mantenido salvo aspectos puntuales. Aquí las cosas no se han hecho mal porque ha habido más sensibilidad que en otras comunidades al primar un sistema identitario que nos diferencia y que es el diálogo social. Tenemos una renta garantizada y una red de protección de las familias que es única de Castilla y León y eso se debe también a la influencia de organismos como el CES.

-Tienen una función consultiva y asesora y realizan propuestas para tratar de solucionar los problemas de la Comunidad. ¿Son como el «pepito grillo» de la Junta?

-No tratamos de serlo. Cuando asesoramos lo hacemos con independencia, objetividad y rigor. Intentamos enriquecer los textos normativos para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y no hacemos una crítica destructiva a la Junta. Tanto el presidente como los consejeros lo encajan perfectamente.

-¿Admite que alguna de las propuestas que realizan son tan necesarias como difíciles de cumplir o consideran que con voluntad política todo lo que aconsejan es factible?

-Algunas veces son muy complicadas e incluso imposibles por la legislación vigente. Nosotros lo que queremos es dar una orientación, decir hacia donde tienen que caminar las política públicas aunque haya impedimentos. Por ejemplo, una de nuestras máximas es que la economía crezca no sólo para que haya más riqueza sino especialmente por el bien de las personas de esta Comunidad.

-Pero quizás es fácil pedir, como usted ha hecho, que haya una cobertura social para todos los castellano y leoneses en riesgo de exclusión mientras que para los que gobiernan llevarlo a cabo no sea tan sencillo.

-El barco del bienestar social no zozobra, pero sí ha sufrido tensiones. Creo que en Castilla y León la crisis social ha sido menor porque las mimbres de cohesión estaban bien tejidas y han funcionado en un momento muy complicado. Lo que digo es que cuando hay personas que están en riesgo de exclusión, que han perdido su empleo, su cobertura de prestaciones..., entonces hay que poner medidas de protección que eviten además que haya una explosión social como ha ocurrido en otros países.

-Pero en el ultimo informe anual ustedes alertaban de que Castilla y León caminaba hacia una «economía de supervivencia».

- A veces los titulares se salen de su contexto. Una economía de supervivencia no quiere decir que la calle esté llena de indigentes tirados que no pueden ni comer. Lo que significa es que cada vez hay más parados de larga duración sin prestaciones y salarios tan bajos que mucha gente tiene poca capacidad para hacer frente a imprevistos y puede tener dificultades para pagar el alquiler, la hipoteca o el gasoil para su vehículo. No son los que no tienen nada, sino los que sufren carencias y pueden acabar finalmente en el otro lado y ser realmente pobres.

-¿Personalmente comparte todas las resoluciones e informes que emite el CES?

-Le podría decir que casi todo lo que ha salido hasta ahora lo comparto porque se ha aprobado por unanimidad. Aquí hay mucho debate, diálogo y discusión en sentido constructivo. Las organizaciones saben limar sus opiniones para llegar a un punto en común entre sindicatos, empresarios, agrarios, cooperativas, vecinos y personal de la Junta. Praticamos el arte de sumar voluntades representando intereses muy diversos.

«Hay una economía de superviviencia, pero no quiere decir que la calle esté llena de indigentes tirados»

-Desde fuera cuesta creer que los sindicatos y la patronal sean tan «generosos» para llegar a acuerdos.

-Dialogan con muchísima tranquilidad, aunque con posturas divergentes. Yo les invitaría a venir al CES para asistir a un verdadero ejercicio de consenso y de visión de Comunidad. Muchos políticos y grupos parlamentarios deberían aprender de cómo los sindicatos y los empresarios saben hablar, realizar planteamientos, matizar sus posturas. Ellos han firmado este mismo año en esta sede tres acuerdos bipartitos y están viviendo un momento histórico en su relación.

-¿No dialogan así los grupos en las Cortes?

-Llevan poco tiempo, pero en temas importantes como la educación, la sanidad y la ordenación del territorio los partidos políticos tendrían que sentarse y buscar una mayor concertación. Los ciudadanos de Castilla y León se lo agradeceríamos.

«Al que no le guste el CES es porque no nos conoce. Somos útiles, necesarios y yo diría que hasta imprescindibles»

-Pero hay elecciones a la vuelta de la esquina...

-Después de que pasemos un año electoral tremendo, reflexionarán. Estamos en un momento complicado con una salida de la crisis que ha dejado secuelas en familias y en empresas. Ahora más que nunca se piden pactos como los de La Moncloa y los de la Transición, donde los partidos supieron llegar a acuerdos para lograr el desarrollo de nuestro país.

-¿Le molesta que muchas de sus recomendaciones sean utilizadas por la oposición para atacar al Gobierno?

-Nosotros no queremos dar argumentos a nadie. Está bien que un grupo lo utilice si es porque cree que con eso se enriquecen las políticas públicas.

-Además del desempleo, el gran problema de Castilla y León es su despoblación. ¿Hay una receta mágica para combatirla?

-Todas las comunidades están perdiendo población y hay que poner las bases para mejorar nuestra tasa de activos y los índices de natalidad, porque sino no vamos a poder mantener a nuestros mayores en el futuro. El diagnóstico es fácil, pero la solucion no lo es.

-La continuidad del CES está garantizada por ley, pero hay detractores. ¿Qué les diría?

-Que a lo mejor no le gusta el CES porque no lo conoce. Somos útiles, necesarios y yo diría que hasta imprescindibles, porque somos el unico órgano que canaliza la participación de toda la sociedad civil.

«Ver a gente ir al paro me quitaba el sueño un día sí y otro también»

-Fue durante cuatro años el responsable del Servicio Público de Empleo de Castilla y León y ahora ocupa un puesto que parece más «amable»...

-Son abolutamente distintos. aunque en los dos puestos he vivido malas conyunturas. Estuve en el Ecyl en un momento en el que teníamos una tasa de paro del siete por ciento y, de repente, entramos en una crisis tremenda y la tasa se disparó. Había que cambiar las políticas porque las que teníamos eran para momentos de bonanza económica. Fue una situación muy difícil. Ver a gente que iba al paro y a la que era complicado darle unas expectativas fue muy dramático para mi y me quitaba el sueño un día si y otro también. Cuando llegue al CES me encontré con que la institución estaba en entredicho, desapareciendo en algunas comunidades, y había que hacer una labor para demostrar que era importante para los ciudadanos.

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