Vicente Ángel Pérez - Corazón de León
El miura de Castaño
«Hay que tener valor y honor para, tras anunciar que en enero le diagnosticaron un cáncer testicular, hoy anuncie su regreso a la pasión de su vida»
Ha hecho fama que los toreros son de otra pasta , como si no hubieran sido moldeados con el mismo barro que el resto de los mortales. Cuando las velas como puñales de la bestia a la que desafían en el albero se hunden en sus carnes, y el ¡ay! resuena en los tendidos, ellos, dolientes, se levantan de la arena ensangrentada y se resisten a que la cuadrilla los porten, con mayor rapidez que una ambulancia, a la enfermería de la plaza. Tiene escrito Antonio Burgos, insigne articulista de este ABC, que «los toreros grandes no se recuperan tan pronto de las cornadas porque estén hechos de otra pasta. El aparente milagro ocurre porque son de la madera gloriosa de los héroes»; y también, cabe añadir, admirado Burgos, porque sus cuerpos apuñalados cayeron en manos de doctos cirujanos .
Al torero leonés Javier Castaño lo empitonó hace unos meses el bicho del cáncer , pero el próximo domingo se va a enfrentar a dos miuras en La Maestranza de Sevilla y, Dios mediante, el 5 de junio en la última corrida de San Isidro en Las Ventas madrileña. Hay que tener valor y honor para, tras anunciar que en enero le diagnosticaron un cáncer testicular, hoy, tras las tremendas sesiones de quimioterapia, anuncie su regreso a la pasión de su vida, la taurina, en las dos mayores plazas del mundo: Las Ventas y La Maestranza, nada menos y nada más .
A Javier Castaño lo ha curado de su cruel cornada el doctor Luis Carrasco y unos profesionales del Hospital Provincial de Zamora conscientes de que los toreros no poseen una pasta diferente, pero sí son de la madera gloriosa de los héroes, la misma de tantos pacientes anónimos que cada día, cada semana, cada mes, cada año, se enfrentan… y derrotan a la bestia. Castaño, ya recuperado, ha enviado un mensaje agradecido y esperanzador: « Me he enfrentado a una enfermedad que desgraciadamente es muy común, pero hasta que no la tienes no te imaginas todo lo cruel que es . Si esto que me ha ocurrido le sirve como estímulo a gente que esté en la misma situación para luchar, la doy por bien empleada. Por eso mando el apoyo y ánimo a quienes lucha contra la enfermedad».
Castaño, de cuna leonesa y a quien Salamanca acoge como hijo adoptivo, pues a esas tierras llegó adolescente para realizar el sueño de su vida, que no era otro que el de ser torero, ha derrotado al mayor miura con el que se ha enfrentado en sus treinta y cinco años de vida. Ahora, el próximo domingo en La Maestranza y, en mayo, en Las Ventas, volverá a enfrentarse con los miuras que atemorizan a los toreros afamados. Castaño es un gladiador en el ruedo taurino y un héroe ejemplar y esperanzador para quienes, como él, han sufrido la cornada de la mayor bestia.