José Gabriel Antuñano - El callejón del gato
Merecida distinción
«Las ediciones (de Olmedo Clásico) han mantenido un marchamo de calidad en los espectáculos, y de sabia variedad para conquistar al público, además de nivel intelectual en lo académico»
En estas páginas, Fernando Conde se hacía eco del merecido Premio de Teatro a Olmedo Clásico. Benjamín Sevilla y Germán Vega en la programación y lo académico son artífices de una actividad cultural con mayoría de edad. Otros dos nombres: Centeno, el alcalde que creyó, luchó por el proyecto y realizó infraestructuras, y Urdiales que volcó su saber escénico sobre el incipiente evento. La ayuda de la Compañía Nacional de Teatro Clásico proyectó el festival desde las primeras horas y, sensu contrario, aquella consejera de la Cultura del florero, hoy florero en las Cortes, contribuyó escasamente a este programa con una verdadera dimensión cultural, más arraigada en la Comunidad que los dj’s del festival salmantino. ¿Creen que el español es motor económico y el Clásico uno de sus exponentes?
Las ediciones han mantenido un marchamo de calidad en los espectáculos, y de sabia variedad para conquistar al público, además de nivel intelectual en lo académico. Económicamente la villa se ha beneficiado. El premio debería espolear para afrontar nuevos retos, que posicionen más alto este festival: acometer una programación más internacional, con calidad como las propuestas actuales que salpican el festival; realizar una producción propia con elenco contrastado, que llevara el sello de Olmedo por la geografía ibérica, más allá de los festivales de clásico en verano; eliminar algún espectáculo de serie B que, por causas presupuestarias se cuela en la programación; y contar con algunas compañías o jóvenes intérpretes de la región, que sumaran a la programación de referencia. Estas y otras mejoras necesitan de mayores compromisos económicos. De la Junta en primer lugar y ahora más fácil con Cirac, aunque el secretario general sea reticente.