Sociedad
Los menores que acaben en urgencias por ingesta de alcohol serán seguidos por la Junta de Castilla y León
Una vez obtenido el consentimiento del afectado o de sus familias, serán derivados a un servicio de referencia de prevención

Un equipo formado por 23 profesionales ha diseñado el proyecto Ícaro-Alcohol , coordinado por las Consejería de Familia y de Sanidad, cuyo objetivo es identificar a los menores que consumen alcohol y que son atendidos por los servicios de urgencias para proporcionar a los padres los apoyos necesarios e introducir a los afectados en programas de prevención.
La iniciativa se pondrá en marcha de manera inmediata en Valladolid, a través del Hospital Clínico y del Río Hortega , además de los servicios de emergencias sanitarias, en forma de programa piloto para, a partir del próximo mes de noviembre y una vez analizados los resultados, extenderlo por toda la Comunidad.
El proyecto Ícaro-Alcohol consiste en que los menores y jóvenes de menos de 21 años que sean atendidos en urgencias y emergencias sanitarias por intoxicaciones etílicas o por accidentes o lesiones relacionadas con el abuso de alcohol, recibirán una primera intervención motivacional para, una vez obtenido el consentimiento del afectado o de sus familias, derivarlos a un servicio de referencia de prevención gestionado por la Fundación Aldaba Proyecto Hombre de Valladolid.
Se trata de dar una primera respuesta proactiva para abordar directamente con ellos la situación, justo en el momento de mayor impacto y preocupación por el hecho de encontrarse en un servicio de urgencias. Posteriormente, los equipos de prevención, en el plazo máximo de 48 horas, volverían a contactar con las familias para ofrecer una cita en la que poder evaluar la situación y buscar la mejor opción preventiva, según las necesidades del afectado y de su familia. Los menores y jóvenes podrán ser derivados entonces a programas de prevención familiar universal o selectiva y a talleres de sensibilización. Además, cuando los profesionales implicados en el proceso detecten una evidente falta de colaboración de los padres o la presencia de considerables factores de riesgo, se informará a los Servicios Sociales del ayuntamiento o la diputación para que valoren una posible situación de desamparo del menor.
13,5 años, la media para iniciarse
Según los datos de la propia Administración autonómica, la media del inicio en el consumo de alcohol está en los 13,5 años. El 41,8 por ciento de los estudiantes de 14 a los 18 años afirma que no se ha emborrachado nunca y un 20% reconoce que se ha emborrachado los fines de semana. Además, el 39% señala haber participado en los denominados atracones. De hecho, según las estimaciones de la Consejería de Sanidad, al año se producen en la Comunidad unos 800 ingresos en urgencias de menores por consumo de alcohol, de los cuales un dos por ciento acaban en coma etílico.
La consejera de Familia, Alicia García, llamó la atención sobre la «normalización» que parece existir con la bebida, ya que mientras un 70 por ciento de los menores dice que sus padres les prohiben fumar, sólo un 38 afirma que les impiden beber. También el consejero de Sanidad, Antonio Sáez Aguado, insistió en que el consumo de alcohol en menores «es un problema de dimensión importante que requiere actuar», de ahí la importancia de un proyecto que «aprovecha el momento de mayor impacto para comenzar a actuar a través de los servicios de prevención.
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