Ignacio Miranda - Por mi vereda
Mejor un tercio
«Conviene recordar que las instalaciones de Monte la Reina (Zamora) dejaron de tener actividad a finales de los ochenta con un Gobierno socialista»
Con su melena característica de antigua alumna de las teresianas de León, Margarita Robles ha entrado de lleno en la lucha contra la despoblación. Ella, que pensó ser misionera antes de presidir una sala del Tribunal Supremo , figuró en aquel grupo de mujeres poderosas que rodeaban al superministro Juan Alberto Belloch .
Aquel estado mayor femenino de «Ángeles de Charlie» en el tardofelipismo de los fondos reservados, la tocata y fuga de Roldán e Ibercorp , junto a María Teresa Fernández de la Vega y Paz Fernández Felgueroso , en Justicia e Interior, que tanto monta. El Ministerio de Defensa que dirige nuestra paisana estudia la viabilidad de reabrir el campamento militar de Monte la Reina, en Zamora, para ubicar un batallón -o dos- con unos setecientos efectivos, más sus correspondientes familias, como fórmula para frenar el declive demográfico de la provincia.
Pero hay que apuntar más alto: q ueremos un Tercio de la Legión. Más en concreto el «Juan de Austria» , que para eso el heroico hijo natural de Carlos I , el Jeromín victorioso en Lepanto, se crió muy cerca de allí. Esto es también memoria histórica, Margarita. Sobran hectáreas en la finca para que ramonee la cabra, con o sin chapiri, y así conmemoramos el próximo centenario de su creación.
Por no hablar de las andanzas de un tal Viriato , osado pastor lusitano que se las hizo pasar rameras a los romanos con emboscadas en su terreno, al que solo la traición de sus lugartenientes logró derrotar. El histórico cuartel de Infantería de la ciudad llevó su nombre.
Conviene recordar que las instalaciones castrenses de Monte la Reina dejaron de tener actividad a finales de los ochenta con un Gobierno socialista, en la política de concentrar efectivos para ganar operatividad. Tampoco luego el indefinido Partido Popular ha hecho nada por reutilizarlas. Contemos por favor toda la verdad. Por algo afirmaba Calderón que la milicia es una religión de hombres honrados. Y mujeres.