El mejor profesor universitario de España: «Innovar sin sentido son fuegos artificiales»

Docente en Inmunología de la Universidad de Valladolid, el mejor valorado en los Premios Educa de todo el sistema universitario español señala que en el aprendizaje es tan «valioso» el contenido aportado por el estudiante como por el profesor

El profesor de la Universidad de Valladolid, Alfredo Corell F. HERAS

C. ROSADO

Reciente Premio Medes, Corell ha sido elegido Mejor docente universitario de España en los Premios Educa Abanca, un reconocimiento a su innovadora manera de enseñar.

-Siguen extrañando estas nuevas formas de docencia, cada vez más extendidas.

-Hay personas que dicen que esto es infantilizar la docencia universitaria. El objetivo del profesor es que los estudiantes aprendan y que ese aprendizaje sea el mejor posible.

-Habla de infantilización, ¿pero los estudiantes no tendrían que llegar a la universidad con interés por aprender?

-Yo vine muy motivado, quería ser genetista y los profesores de genética me quitaron la ilusión. Recuerdo el primer día en 6º o 7º de EGB que vi la imagen de una proteína y eso no se me ha olvidado. Me emocionó. El aprendizaje que cuenta, que te cambia la vida, es el que te ha emocionado y el profesor tiene que estar apasionado por su materia.

-¿Cuántos años lleva desarrollando estos métodos de docencia?

-Desde el primer año que estuve en Valladolid, en 1999. Yo llegaba de una estancia posdoctoral, había trabajado en investigación y el cambio fue radical. Me equivoqué en los primeros momentos porque pensaba que todo lo que yo sabía de inmunología lo tenían que saber los alumnos y no. Para mí fue un reto, pero siempre he sido muy autocrítico. Empecé a pensar en alternativas a las clases magistrales, aunque hoy llamamos clases magistrales malamente a muchas cosas. Siguen siendo muy válidas, pero una clase magistral no es sentarse a leer en una pantalla de un ordenador unas diapositivas. Hice una especie de obra de teatro en la que el aula se transformó en una célula y cada estudiante era una pieza de ella. Se entendió lo que quería explicar y me di cuenta que ese era el camino. Al año siguiente, al terminar la asignatura hicieron una puesta en común, como un congreso científico donde entrenan otras capacidades como hablar en público. En el año 2000 monté la página web, cuando eso era muy pionero. Año tras año he ido cambiando mediante prueba-error. En los últimos años, quizá lo más destacado es la divulgación de la ciencia en la calle, con «Las defensas se van de cañas», donde los protagonistas son los alumnos porque ellos preparan los materiales para divulgar. Es un aprendizaje muy completo.

-Los alumnos son fundamentales. ¿Todos los docentes tienen eso en cuenta o hay muchos egos también?

-Para mí lo son, pero es tan protagonista en el aprendizaje el profesor como el estudiante. Esos seminarios que hacen a final de curso forman parte del examen. Me parece tan valioso el contenido aportado por ellos como el mío. Por supuesto, pasa un filtro mío y hay trabajos que se los corrigen unos a otros de modo anónimo y es un aprendizaje buenísimo. Llegaron a decirme, los primeros años, que era una manera de quitarme trabajo, pero no saben que detrás de eso hay mucho más porque tengo que supervisar el proceso, ver cómo se evalúa. Siempre les digo que me puedo equivocar diciendo algo en clase, que lo contrasten. Eso es muy bueno para el futuro como sociedad. Creo que dudar es una maravillosa manera de aprender.

-Ha apelado a que, teniendo todos los medios posibles hoy, con libertad de cátedra, un docente use esta para no innovar…

-La tecnología no es un límite. Quizá, tenemos poca formación como docentes. Pero también falta un apoyo institucional. En la carrera profesional de un profesor lo que más prima para avanzar y mejorar tu sueldo y categoría es la investigación. La presión para la investigación no nos la quita a nadie. Para que eso cambie tendría que producirse un cambio en la legislación.

-¿Qué supone este premio?

-Es muy especial. He recibido en diciembre, probablemente el premio mejor de mi carrera, el Premio Medes. En la vida podría esperar que iba a recibir estos dos premios en cuestión de dos meses, así que tengo que disfrutar el momento. El Educa tiene una vertiente muy especial porque te proponen los estudiantes. Sé que se me ha propuesto desde Valladolid, pero también desde otros lugares como México y Colombia. Y pensarás, ¿por qué desde fuera de Valladolid?

-Supongo que por sus «inmunopíldoras», los vídeos con los que en Internet estudian miles de alumnos de todo el mundo, muchos sin recursos.

-Los han seguido más de 250.000 estudiantes, con cerca de 3 millones de reproducciones y esto me ha dado una vertiente internacional. Como dices, es una democratización de la enseñanza porque pueden acceder al conocimiento millones de personas.

-¿Y cuál ha sido la reacción de su entorno, sobre todo después de los momentos vividos con los mensajes vejatorios contra usted que parecieron en su Facultad?

-En general, la gente me ha arropado mucho y me ha acompañado tanto en el mal como en el buen momento.

-Volviendo a su método, ha investigado para demostrar que el aprendizaje de los estudiantes aumenta con él.

-Hemos publicado en la revista Plos One, el primer análisis en el que demostramos que la gamificación, que es el uso de juegos serios en el aula, mejora el rendimiento y la satisfacción de los estudiantes.

-También hay que vencer el miedo al ridículo porque usted se expone mucho en sus vídeos y no todos los profesores tienen esas habilidades de comunicación.

-Tengo bastante miedo al ridículo y simplemente, que salga tu cara en Youtube tienes que decidirlo. Me ha pasado una cosa muy curiosa. Estando en un congreso en Bogotá (Colombia) una persona por la calle me paró y me preguntó si era Alfredo Corell y me comentó «es que mi hermana estudia con usted la carrera todas las noches. Está haciendo Medicina y por las noches lo veo en casa». Eso tienes que asumirlo, pero en clase no hago nada que sea reprobable.

-¿Qué cualidades tiene que tener un buen profesor hoy?

-Hay gente que me ha dicho que por este motivo, mi premio es todavía más importante. Cuando alguien hace cosas distintas, el entorno inicialmente es muy hostil. Tienes que tener vocación de enseñar. Si eso no se cumple, el resto son aderezos. Si quieres vestirte de yo hago aprendizaje basado en proyectos o clases inversas y no tienes ningún objetivo eso no vale para nada. La innovación por la innovación, sin sentido, son fuegos artificiales.

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