Educación
Matemáticos: los que «mueven los hilos» de muchos saberes
Los estudiantes de Matemáticas ponen en valor sus conocimientos a la vez que alertan de que es necesaria más inversión para que puedan investigar
Desde la consultoría en grandes empresas, al desarrollo de modelos sobre el cáncer, pasando por la ingeniería, la informática, la física, la criptografía y la seguridad en internet y el «big data» o los ordenadores cuánticos, muchos son los campos de conocimiento y empresariales en los que las matemáticas están presentes y los alumnos que le dedican horas a su estudio en los campus universitarios de Castilla y León lanzan la alerta: es necesario que se invierta más para que puedan hacer una carrera investigadora que devuelva lo que la formación en la región les ha dado y la economía regional se beneficie también de sus logros.
Hace menos de un año, un informe de Analistas Financieros Internacionales constataba que las matemáticas son en la actualidad directamente responsables de más del 10% del PIB y del 6% del empleo de nuestro país (según datos de 2016). Pero la comunidad autónoma de Castilla y León pierde talento y muchos son los jóvenes que salen fuera de ella después de formarse en sus universidades. Podrían hacer crecer el PIB aquí, pero las estancias en el extranjero, que reconocen de mucho valor para su experiencia profesional e investigadora, y el signo de los tiempos, lo marcan así.
Conocimiento que hace avanzar
Recientemente, un grupo de estudiantes de matemáticas y estadística de la Universidad de Valladolid -que en julio de este año serán los anfitriones de un gran congreso nacional de alumnos de estas disciplinas- pedían al entorno empresarial que los tuviera en cuenta para sus proyectos. Carlos Saravia, en segundo curso del Grado de Matemáticas en la UVA, es uno de ellos. Sostiene que «los avances y conocimientos en matemáticas hacen avanzar otros campos», de la economía a la medicina, por lo que no debería desdeñarse ese esfuerzo y talento.
Ignacio Miguel Cantero, alumno de doctorado en la UVA, también apunta que Castilla y León «es una zona con un tejido empresarial limitado; esto no es Madrid, Barcelona o Valencia», lo que hace que la demanda de matemáticos no sea elevada aquí. A ello se suma que «los estudiantes actualmente somos muy movidos y antes preferíamos quedarnos donde habíamos nacido, y ahora salir fuera se ve con muy buenos ojos, lo que no implica que no se deba favorecer que el estudiante que quiera retornar pueda hacerlo».
Ambos hacen un repaso por los ámbitos que «beben» de las matemáticas e Ignacio Miguel considera que son «los que mueven los hilos» en muchas otras parcelas de conocimiento y las hacen avanzar. Por eso, Carlos Saravia también apunta que «se debe invertir más dinero en investigación, tanto de manera pública como privada, porque en España llevamos un atraso de veinte años» respecto a los países de nuestro entorno.
Ignacio Miguel afirma al respecto, desde la visión de quien comienza su carrera investigadora y al que le gustaría dedicarse a ello en el futuro, que en general, «quieren que estés en la vanguardia, pero un equipamiento, sobre todo en otras disciplinas científicas, requiere una inversión muy fuerte». «Y un investigador paga de su bolsillo un viaje a un congreso, cuando en Estados Unidos se lo pagan», a la vez que incide con énfasis en que «esto no es nada elitista ni un capricho, los países más ricos no invierten más en investigación porque son más ricos, sino que son más ricos porque invierten más en investigación».
Pone de manifiesto también la necesidad de un relevo generacional que haga posible que haya un «equilibrio» en las universidades e institutos de investigación entre los profesores e investigadores más veteranos y la savia nueva de los doctores que inician su carrera y pueden continuar proyectos. «No puede ser que se invierta mucho dinero en formación de alumnos muy buenos y se los lleven otras comunidades y otros países», zanja.
El PIB que generan las actividades intensivas en Matemáticas es del 10,1 por ciento en España, según AFI
Saravia también se muestra molesto con una frase que es recurrente sobre nuestro mercado de trabajo: la sobrecualificación de los jóvenes. «¿Cómo se puede decir semejante burrada? Buscamos efectos muy inmediatos y la universidad se acaba convirtiendo en un mercado de títulos, cuando era un escuela de pensamiento, donde discutían los doctores las ideas», algo que a su juicio, no debe perderse. En concreto, su disciplina es una materia en la que el avance se va cimentando con mucho esfuerzo y muchos años. «Es una carrera muy exigente y la media de las notas en el expediente son bajas porque requiere mucho esfuerzo y mucho tiempo madurativo», indica Ignacio Miguel. La resolución de problemas no se hace de la noche a la mañana «y en cuatro años no se puede condensar todo ese conocimiento», añade.
Pero tras unos estudios exigentes, se encuentran que si quieren investigar «necesitas un puesto de pos doctorado y si hay suerte lo tienes, pero si no, te encuentras como en la ciudad, dando vueltas para aparcar. Puedes encontrar un lugar, pero si no, al final qué haces, pues me preparo una oposición porque por lo menos como».
Docentes en ESO
En este punto también son críticos con la selección del profesorado de Secundaria y Bachillerato, puesto que a las plazas de esa docencia en matemáticas no solo pueden acceder matemáticos de carrera sino otros profesionales como los físicos o los biólogos. «Queremos que haya buenos profesores de matemáticas y que los alumnos salgan de la Secundaria y el Bachillerato con un buen nivel, pero eso pasa porque los profesores de matemáticas también sean los mejores», con la base que les da su título específico en matemáticas, dice Ignacio.
Otra alumna de matemáticas que también piensa en el futuro es Beatriz Barbero, que cursa esta titulación en la Universidad de Salamanca (USAL). Hasta hace unas semanas era representante en la Asociación Nacional de Estudiantes de Matemáticas y Estadística y hoy es vocal de esta disciplina en la delegación de Ciencias de la USAL, donde estudia tercer curso. Opina que le gustaría dedicarse a la investigación y que el año próximo quiere «hacer algunas prácticas en criptografía», pero que «hay muchos compañeros que para investigar se han tenido que ir al extranjero porque hay pocas becas aquí», también que «tengo compañeros que hacen el master en Rusia».
Quieren contribuir al desarrollo económico de la Comunidad
Beatriz Barbero también pone el foco en la buena preparación con la que salen los titulados de las universidades de la comunidad: «Las matemáticas te dan una visión diferente de las cosas, de cómo enfrentarnos a los problemas porque sabemos desmenuzarlos para encontrar soluciones». Al tiempo, añade que «la contribución de nuestra profesión al PIB del país es importante para dar una visión de la relevancia que tiene la ciencia básica para la economía del país». También indica Barbero que desde la cúpula de grandes empresas a una película de animación, muchas actividades tienen matemáticos detrás. Por ello, «no es normal que haya una gran fuga de cerebros y que los entornos cercanos se queden sin aprovecharlos», concluye.