Mascarilla, videoconferencias y test masivos: la universidad vuelve al aula
Los centros apuestan por la docencia presencial salvo en casos en que el espacio no es suficiente
Ellos también vuelven al «cole». Son mayores de edad y autonómos, pero los universitarios también tendrán protocolos y medidas de seguridad para impedir que el virus entre en sus facultades. Preocupa su regreso a las aulas porque a Castilla y León llegan estudiantes de otras comunidades, pero también porque forman parte del colectivo joven, al que en reiteradas ocasiones se ha pedido responsabilidad a la hora de relacionarse para evitar contagios que pueden ser muy graves, no tanto para ellos, como para colectivos de riesgo que les rodean.
Las universidades se han armado con hidrogeles, estableciendo la mascarilla obligatoria, diseñando más espacios para aulas y protocolos propios para un curso en el que se ha apostado por la docencia presencial, aunque todo está listo por si la situación se complicase y hubiera que poner en marcha un «plan B» de clases online. Plantarán cara un año más a las novatadas y botellones, pero en esta ocasión con más ahínco. El teletrabajo continuará en los casos que sea posible. En todas está prohibido acceder a las instalaciones con síntomas y en el caso de que se detecten una vez en el aula, se aislará a la persona en un espacio adaptado para ello. Además, recuerdan que los casos sospechosos o contactos estrechos de los positivos deberán permanecer en los domicilios hasta descartar que se padece la enfermedad.
La Universidad de Salamanca, que iniciará el curso el 1 de octubre, fue la primera de España en anunciar tests masivos para su comunidad universitaria. Tanto docentes como alumnos pueden hacerse una prueba serológica a cargo de la institución, que ha diseñado un sistema de vigilancia epidemiológica para controlar los datos de contagios o casos sospechosos.
Semipresencial
Los alumnos formarán siempre parte del mismo grupo, tanto en las clases teóricas como en las prácticas, y se les solicita que siempre ocupen el mismo sitio. Con el objetivo de poder guardar la distancia de segurida entre los estudiantes, se adaptarán como aulas algunas zonas que no se utilizaban para docencia, como salones de actos, y en aquellas facultades en las que, por el volumen del alumnado no sea posible, se ha optado por la sempresencialidad. Así será en las titulaciones de Psicología, Medicina, Farmacia, Derecho o Educación, donde se alternarán días de docencia en clase y a distancia.
Ese mismo sistema se utilizará en la Universidad de Valladolid, que también ha apostado por «optimizar el tiempo de uso de los espacios» empleando «al máximo» las franjas horarias de 8 a 22.00 horas de lunes a viernes para distribuir a los grupos, según indicó su rector, Antonio Largo. La necesidad hace que diferentes facultades tengan que compartir espacios de diferentes centros, de tal forma que algunos alumnos de Química deberán recibir parte de sus clases, por ejemplo, en el Aulario del campus de Industriales, o los de Óptica y Optometría, en el edificio Rector Tejerina. Además, han puesto un marcha un mapa digitalizado, en el que pueden verse los recorridos seguros y cómo quedarán distribuidos los asientos en cada clase.
Otro de los mecanismos que tendrá que utilizarse será el de las clases grabadas o por videoconferencia y retransmitidas en directo y de forma síncrona en aulas desdobladas. Para ello, la universidad vallisoletana, que arrancará las clases el próximo 28 de septiembre, ha adquirido 400 cámaras y otro material informático, informa Ep.
Esa opción la contempla también la Universidad de Burgos, que tiene previsto aplicar medidas similares a las del resto de instituciones académicas. Se implicará también en limitar los contactos y, salvo excepciones, «única y exclusivamente podrán acceder a las instalaciones aquellas personas que tengan la condición de miembros de la comunidad universitaria». Además, se recomienda que el acceso se realice siempre que sea posible en bicicleta o caminando.
Más alumnado
Las clases comenzarán el 24 de septiembre con «la confianza» de cumplir con las garantías de seguridad y, previsiblemente, una cifra más elevada de estudiantes, según explicaron las vicerrectoras de Estudiantes, Verónica Calderón, y de Políticas Académicas, Begoña Prieto. «En la primera fase, 2.067 alumnos de nuevo ingreso se matricularon. Este número supone un incremento del 47,68 por ciento respecto al curso anterior», indicaron, y prevén que aumente aún más porque aún quedan dos periodos de matrícula.
Esta institución académica ha destinado más de 400.000 euros a la adaptación de las instalaciones, y al igual que el resto cuenta con el compromiso de la Junta para seguir afrontando los costes que se podrían incrementar a lo largo del curso. Entre los cambios que han tenido que asumir, la reestructuración física de algunas aulas para dotarlas de mayor capacidad, el uso de espacios hasta ahora no destinados a la docencia -bibliotecas, aulas de estudios o salas de conferencias- y la cesión de espacios compartidos entre diferentes centros.
En León, la fecha de inicio está fijada para ayer, pero han sido varios los centros -aproximandamente el 25 por ciento- que han solicitado un retraso para tener más tiempo para diseñar sus aulas de acuerdo con la distancia de seguridad obligada de 1,5 metros. Con este objetivo, se ampliarán al máximo los horarios y el número de grupos, indicó el vicerrector de Profesorado, Miguel Ángel Tesouro. En aquellos casos en que los espacios sean insuficientes se optará por la «retransmisión en directo» de las clases en «aulas espejo» o «en los domiclios», pero la intención es mantener al máximo la enseñanza presencial, sobre todo en las prácticas. Habrá un refuerzo importante en el ámbito de la limpieza en un curso en el que se prevé un ligero incremento de matrícula.
Centros privados
Los centros privados tamién han tomado sus propias medidas. La Universidad Pontificia de Salamanca, por ejemplo, escalonará el inicio del curso entre el 14 y el 28 de septiembre y la IE University plantea un método de alumnos presenciales y online conectados simultáneamente. La Universidad Católica de Ávila (Ucav) ha preferido comenzar las clases de manera presencial sobre todo pensando en los alumnos de primero, declaró ayer su rectora María del Rosario Sáez Yuguero. No obstante, insistió, el curso se podría haber iniciado «completamente de forma virtual», ya que «tenemos la infraestructura necesaria» y la plataforma está «preparada», no solo por los meses del confinamiento, sino porque «la UCAV lleva impartiendo enseñanza a distancia desde hace diez años».