Fernando Conde - Al pairo
Más oposición que nadie
«Jugar a ser lo que uno no es, no suele funcionar»
Jugar a ser lo que uno no es, no suele funcionar. Y si no, que se lo digan a ese Iglesias que ha querido hacerse pasar por socialdemócrata... con exiguo éxito. Ya decía Kipling, en la voz de Miquelarena, aquello de «si tropiezas el triunfo, si llega tu derrota, y a los dos impostores les tratas de igual forma...». Triunfo y derrota son las dos caras de una misma moneda, pero no se puede apostar a las dos a la vez. Mi abuela lo decía de otra forma: quien con dos amos quiere cumplir, con alguno ha de mentir. Y mentir al votante, el verdadero amo de la democracia, suele traer funestas consecuencias. Porque al final, cuando el respetable toma la palabra, acaba por elegir antes el original que la mala copia.
Lo de Ciudadanos tal vez tenga una explicación pareja. Tanto se ha identificado en ciertos momentos y lugares con otras opciones políticas que, al final, ha acabado perdiendo sus señas de identidad diluidas en esa misma mímesis. En Castilla y León a tal punto ha llegado ese mimetismo que un destacado miembro del partido naranja llegó a preguntarse dónde estaba la oposición (sic), en un acto en el que sólo había representantes del suyo y del PP. Quizá por eso, el anuncio de Luis Fuentes de que a partir se ahora van a ser más oposición que nadie, suene a extemporáneo. Ciudadanos ya tuvo la oportunidad de poner en práctica sus ideas de regeneración democrática cuando en Castilla y León se configuró un gobierno en el que ya se sabía que unos cuantos estaban llamados a desfilar ante el juez. A buen seguro que una postura mucho más firme y menos connivente en aquellos momentos le hubiera rentado un buen puñado de votos añadidos ahora. «Más oposición que nadie...»; más vale tarde que nunca, pero habrá que verlo.