Más de 27.200 personas están pendientes de una operación, casi un 23% más que en junio

La Junta de Castilla y León achaca la subida al verano y los pacientes «ocultos» incluidos ahora disparan la lista de espera quirúrgica

ICAL

I . JIMENO

El verano -época en la que la actividad en quirófanos normalmente baja- y el nuevo sistema para hacer la suma de los pacientes pendientes de ser intervenidos. Son los principales motivos que, según el vicepresidente y portavoz de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea (Ciudadanos), están detrás del sustancial incremento experimentado por la lista de espera quirúrgica en el tercer trimestre. A 30 de septiembre había 27.224 personas que sabían que tenían que ponerse en manos del cirujano y aún no lo habían hecho. Son 1.307 más que en la misma fecha del año pasado (25.917), lo que supone un 5,04 por ciento más.

Mayor aún es el incremento si se miran las cifras que acumulaban los 14 hospitales públicos de Castilla y León en el trimestre anterior. La lista de espera se disparó entre julio y septiembre un 22,93 por ciento, con 5.079 pacientes a mayores. «Siempre ocurre en verano», señaló Igea en relación a ese incremento natural de este época. Aunque, apostilló, también deben tenerse en cuenta que la llamada lista de espera estructural -los pacientes pendientes de ser intervenidos quirúrgicamente, y cuya espera es atribuible a la organización y recursos disponibles- y que «antes no figuraba y ahora sí» ha pasado del 71 al 78 por ciento. Nueve puntos a mayores de enfermos «ocultos» y ahora aflorados a la luz de la estadística que explican también ese incremento, muy por encima del de veranos precedentes y que rompe la tendencia a la baja del lustro previo.

«Habitualmente esa lista no estructural no se reflejaba. Hay cosas que han cambiado», presumió Igea en relación a los cambios introducidos en la Consejería de Sanidad, en manos de Ciudadanos en el Gobierno en coalición con el PP en la Junta. «Ahora todos los ciudadanos saben la realidad de las listas», subrayó el vicepresidente, quien defendió el trabajo que están realizando para «perfeccionar» la explotación de las base de datos, «conocer» la realidad del sistema sanitario y, a partir de ahí, tomar decisiones. «Creo que éste es el buen camino para poner las medidas correctoras necesarias», señaló el portavoz, quien, eso sí, reconoció que «cualquier subida» en la lista de espera o «afloración» de pacientes «es un asunto que nos preocupa». Pero, señaló también, «nos preocuparía más si la actitud de la Consejería fuera no la de afrontar los problemas sino maquillarlos. Nuestra preocupación sería mucho mayor».

Por hospitales

En el tercer trimestre, según los datos publicados en la página web por el departamento que dirige Verónica Casado, no sólo aumentó la lista de espera quirúrgica, sino que también lo hizo la demora media, esto es, el tiempo que transcurre desde que el médico decide que una persona debe ser operada hasta que es intervenida. Al acabar septiembre era nueve días mayor que al finalizar junio, hasta rozar los casi tres meses -89 días-, aunque seis pacientes llevaban más de un año aguardando cita. Eso sí, con diferencias entre hospitales: si en el de Palencia y el vallisoletano de Medina del Campo era de 40 días, en el de Salamanca se elevaba a 123 y por encima de los cien también estaban el de Burgos y Miranda de Ebro.

También es el salmantino (5.300), al igual que los otros grandes hospitales (Burgos, León y Clínico y Río Hortega de Valladolid), los que más pacientes acumulaban en términos absolutos. Entre ellos también se cuela el de El Bierzo, con más de 2.000 personas en cola para pasar por quirófano.

Precisamente tres de los complejos más grandes y con más especialidades están entre los cinco que, pese a la subida global, han logrado bajar su lista de espera quirúrgica en el tercer trimestre. Río Hortega, Clínico de Valladolid y Complejo Asistencial de Salamanca forman junto a los de Soria y Ávila el quinteto de hospitales con menos pacientes pendientes de ponerse en manos del cirujano.

En el lado opuesto, el resto, con el Santiago Apóstol de Miranda y el Universitario de Burgos (HUBU) como los que más suben, con crecidas en torno al 30 por ciento. «Igual ahora se empiezan a entender algunas decisiones», dijo Igea, en alusión a los recientes cambios al frente del complejo burgalés.

La estadística publicada también refleja que un 4,5 por ciento de los pacientes clasificados como prioridad uno -aquellos con una dolencia que no admite esperas superiores a los 30 días- no fue operado en el tiempo fijado. Fueron 44 de los 978 casos, sin bien el resto en un promedio de 14 días ya había pasado por quirófano. Un incremento en este dato que Igea también achacó a los cambios en el cómputo.

Por especialidades, Traumatología vuelve a ser la que más pacientes acumula, con cerca de 8.500, seguida de Oftalmología (4.608) y Cirugía General y Aparato Digestivo (4.549). También es Traumatología donde más se dilata el tiempo para ser operado (116 días de media), superada por poco por Cirugía Plástica (119), y con Neurocirugía también con más de tres meses de espera.

34.800 en total

A las 27.224 personas en lista de espera estructural hay que añadir lo 3.083 transitoriamente no programables y los 4.493 en espera tras rechazar un centro alternativo, por lo que en total las personas pendientes de intervención quirúrgica al cerrar el primer era 34.800.

Como «dato muy positivo», la mejora de la estadística en las pruebas complementarias, que también ha llevado a que más pacientes pasasen a engrosar la lista de espera quirúrgica.

En cuanto a la lista de espera de técnicas diagnósticas (TAC, resonancia magnética, ecografía y mamografía), más de 44.300 personas estaban pendientes.

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