Artes&Letras
María Bolaños: «Tenemos un potencial enorme para exposiciones con lecturas innovadoras»
El Premio de las Artes de Castilla y León acaba de reconocer la ejemplaridad del Museo Nacional de Escultura en la conservación y difusión del patrimonio
El Nacional de Escultura ha acusado, como todos los museos, una crisis que no acaba. En este caso, con una ventaja: justo antes había sido objeto de una rehabilitación que mejoró su equipamiento, lo que le ha permitido capear el temporal con cierta dignidad. «Ha resistido muy bien gracias a aquella inversión de los 19 millones de euros», reconoce su directora, María Bolaños.
-En uno de los últimos mensajes del libro de firmas del museo, un sevillano escribe que aquí «se corre el riesgo de padecer el síndrome de Stendhal». Además de reconocimientos como el reciente Premio Castilla y León, ¿reciben muchos piropos parecidos a ese de los visitantes?
-Sí. Hay mucho elogio en el libro de firmas, muchos al personal de sala. Estoy muy contenta con el premio y creo que ellos son parte muy importante de esa imagen del Museo y de ese reconocimiento.
-El jurado mencionó entre los méritos la programación del centro por su «carácter dinámico y vivo». Últimamente la actividad expositiva se ha abierto al arte contemporáneo, ¿es una línea por la que quieren continuar?
-Más que por el arte contemporáneo, por una visión moderna del arte y de la escultura, una visión innovadora, que está también en las exposiciones históricas que hacemos. Como la de Berruguete, que renovaba mucho la imagen del autor. En «La invención del cuerpo», del año pasado, no había artistas modernos, sin embargo era una mirada moderna sobre la historia del arte del pasado. Más bien lo que hacemos es un discurso para la sensibilidad contemporánea.
-¿La colección ofrece muchas posibilidades para ese tipo de muestras temporales?
-Efectivamente, hay un potencial enorme en la colección para hacer ese tipo de lecturas más innovadoras y menos frecuentes. Y hay un potencial enorme también en el propio mundo de la historia del arte. Creo que las exposiciones tienen muy buena acogida y han adquirido ya cierta personalidad, precisamente porque se trata de no repetir lo que ya se ha dicho. A veces nos da la sensación de que estamos ante la misma exposición que ya hemos visto. Aquí solemos elegir la temática de manera que es un hilo rojo que va uniendo obras, pero desde una lectura oblicua y nueva.
-¿Cuál es la mayor fortaleza de la colección?
-La fortaleza es que ofrece un aspecto de la personalidad del patrimonio cultural español que no tiene ningún otro museo español, ni extranjero, diría. La escultura policromada en madera es una seña de identidad de la tradición artística española, eso es lo que le da su fuerza y su especificidad. Los museos de bellas artes tienen un poco de todo, aquí hay mucho de una sola cosa y eso creo que es un atractivo muy importante para el público y una razón del éxito del museo. Y esperemos que la colección siga creciendo.
-¿Alguna debilidad que le gustaría cubrir a través de las adquisiciones?
-Lagunas que cubrir... las hay, porque esto es un terreno abierto. Es verdad que en el mercado no abundan grandes obras, pero no dejamos de estar muy al tanto de lo que va saliendo, y adquiriendo en la medida de nuestras posibilidades. Hace poco se adquirió, por ejemplo, un conjunto muy importante de la Roldana, una gran escultora de finales del XVII y comienzos del XVIII, de la que el museo no tenía ninguna obra. Se van cubriendo lagunas, se ha comprado recientemente una obra de Berruguete, otra de Juan de Juni, un Alonso Cano... Muy a cuentagotas, pero se va completando y diversificando la colección, siempre en escultura; o en pintura, pero si tiene alguna relación con la escultura, que es el punto fuerte.
-Sorprende que aún lleguen piezas de ese tipo al mercado.
-Sí, pero no hay que olvidar que hay propietarios privados, que tiene obras en casa. Para algunas de ellas incluso piden permiso de exportación, que se deniega cuando se considera que es una obra importante para completar el patrimonio español. El Estado tiene la facultad de impedir que una obra salga del territorio español; no está obligado a comprarla, porque a veces no tiene recursos para adquirirla y todos los museos queremos comprar mucho, pero quizá más adelante pueda adquirirse.
-Ha citado la colección de pintura del Museo, ¿está suficientemente valorada?
-Como el Museo nace con la Desamortización, cuando llegan las obras de los conventos viene de todo, pintura y escultura. Hay obras de pintura que se han mostrado estos años en exposiciones que son muy interesantes, de mucha calidad. Y en las salas también hay pintura. La de este periodo, entre el siglo XVI y XVIII, tiene a veces un tratamiento volumétrico, escultórico, que es otra manera de ver la escultura dentro de la pintura, se produce ahí una diálogo muy sugerente.
-Una aspiración añeja es la incorporación de la Casa del Sol al recorrido expositivo. ¿Sigue adelante el proyecto?
-La rehabilitación de la Casa del Sol es un proyecto largo y costoso. Se hizo ya un estudio de viabilidad para albergar la colección de Reproducciones Artísticas. Este año esperamos que salga ya el expediente del concurso para la remodelación.
-¿Se han incrementado las peticiones de préstamos?
-Sí. El mundo de las exposiciones se mueve mucho y tenemos muchas peticiones de préstamos. En general, la política del Museo es difundir su colección y, por tanto, el préstamo de sus propias obras. Eso implica un sacrificio, porque obliga a prescindir de obras importantes, por eso solemos llegar a acuerdos para que haya alguna colaboración del museo al que prestamos, para que a su vez nos preste alguna obra y el visitante tenga una compensación. El año pasado prestamos el Cristo Yacente de Gregorio Fernández a Nueva York, pero el Metropolitan nos cedió una pieza absolutamente estelar, el Adonis [de Corradini]. Antes habíamos prestado un Zurbarán al Thyssen y a cambio nos prestaron un Tiziano. Esto enriquece las colecciones, les da variedad. Hay piezas que lógicamente no se pueden mover, pero en la medida de lo posible procuramos difundir nuestra colección.