Mapa abierto

En apenas 48 horas se pone en marcha la campaña electoral más abierta de las últimas legislaturas, con un CIS que apuntala al PSOE como primera fuerza política en España y también en Castilla y León y con un centro derecha alejado del poder nacional, situación que no se da en nuestra comunidad a poco que se haga una extrapolación de los datos.

La propia encuesta reconoce un 25 por ciento de indecisos en este momento, un porcentaje muy alto que hace que la campaña electoral sea decisiva. Una campaña que se desarrolla en plena Semana Santa y que anulará, o al menos limitará, a los partidos en los días centrales de esta celebración. A la vista del CIS, mientras el PSOE aparece con un resultado fijo, 12 escaños, el Partido Popular, Ciudadanos y Vox se mueven en horquillas de 2 ó 3 escaños, lo que evidencia la tan aludida división del voto del centro derecha.

Pablo Casado ha pateado en esta precampaña toda la Comunidad con actos y mensajes de todo tipo. No hay ninguna duda de que en campaña tratará de apuntalar los escaños en juego en Burgos y en Avila. Ciudadanos tratará de salvar los muebles sin contar con gran respaldo nacional, como lo demuestra el hecho de que Albert Rivera no haya pisado Castilla y León después de su defensa a ultranza de dar carpetazo al presunto pucherazo en las primarias en esta región.

Vox seguirá con su campaña fantasma, volcada exclusivamente en lo nacional, sin entrar para nada en cuestiones sectoriales porque saben muy bien que aglutinan un voto del descontento y no quieren arriesgarse a que se les pueda escapar.

En este escenario, las elecciones generales del 28 de abril presentan un discreto vuelco en Castilla y León que es inevitable que se proyecte sobre las inminentes elecciones autonómicas de mayo, aunque en éstas el medio rural tiene mucho más peso y en ese territorio quien mejor se mueve es el Partido Popular. Veremos porque falta mucho partido.