Mañueco ofrece un gobierno de «diálogo» con «especial atención» al medio rural
Elegido presidente con el apoyo de PP y Cs, dice que todas las políticas «mirarán desde el prisma contra la despoblación»
Diálogo y «especial atención» al medio rural . Son los dos conceptos que jalonaron ayer el discurso de investidura de Alfonso Fernández Mañueco para convertirse en el próximo presidente de la Junta de Castilla y León. Diálogo que ya han ejercido su formación, el Partido Popular, y Ciudadanos para sumar los 41 votos de la mayoría absoluta necesaria con los que a las 20.05 horas recibió el respaldo de las Cortes -eso sí, con el rechazo de PSOE, Podemos y UPL y la abstención de Vox y Por Ávila- para tomar posesión del cargo el viernes. Y diálogo que pretende seguir ejerciendo durante este mandato, tanto con el resto de fuerzas políticas, a las que tendió su «mano» en busca del entendimiento, como con empresarios y sindicatos, la sociedad y otras administraciones.
«Quiero ser el presidente del diálogo», se definió el salmantino. «Diálogo es democracia y no debemos tenerle miedo», aseguró en su primera intervención, en la que defendió ese «diálogo conciliador» como herramienta que «fortalece y hace posible que los procesos de cambio sean los adecuados». «El diálogo impide a los gobernantes que nos sintamos eternos o intocables», reconoció Mañueco, para quien es claro que «ayuda a entender la acción de gobernar» y supone «poner los intereses de los demás por encima de los intereses personales o de los partidos», señaló en este arranque de lo que denominó «nueva etapa» que arranca desde un «buen punto de partid» y en la que llamó a la implicación global. «Tenemos una ocasión histórica que es convertir entre todos a nuestra tierra en un lugar que ofrezca más oportunidades, especialmente en el mundo rural», aseveró quien será el séptimo presidente del Ejecutivo autonómico en una constante llamada al «diálogo y acuerdo» por el que, dijo, «votó» Castilla y León el 26 de mayo
Y es que los pueblos fueron el principal punto de atención en el que fijó su mirada y propuestas Mañueco. No en vano, reconoció, la despoblación es el «mayor desafío» al que se enfrenta Castilla y León -cierto que no en solitario, pues este mal también «afecta a las sociedades desarrolladas» de España y Europa-. De ahí, que el «objetivo muy claro» que fijo es hacer frente a este problema como un propósito claro y eje clave de su programa: «Darle la vuelta a la tendencia, crecer en población y oportunidades, con especial atención a nuestras zonas rurales».
Medidas globales
Para ello «son necesarias medidas globales», pero también desde el ámbito autonómico, reconoció Fernández Mañueco, quien avanzó que «todas las políticas» de la Junta «mirarán desde ese prisma», para «impulsar nuestras ciudades y pueblos con todo el potencial que tienen». Empleo, actividad económica, servicios públicos, incentivar la natalidad o «facilitar» la conciliación son parte de los ingredientes que se agitarán en esta legislatura, en la que una de las novedades precisamente está que la Consejería de Agricultura y Ganadería sumará a sus competencias la «defensa del mundo rural», para «luchar por sus intereses» y mejorar la «imprescindible» coordinación entre las propias áreas del gobierno regional y con otras administraciones. «Me declaro profundamente defensor del municipalismo», aseveró Fernández Mañueco en su discurso de investidura, en el que avanzó propuestas que desde el ámbito fiscal, las ayudas económicas, el transporte, la sanidad, la educación o las nuevas tecnologías miran con especial atención a los pueblos. También, la puesta en marcha de un grupo de trabajo en este sentido.
Así, dentro de esa «política fiscal moderada, tendente a la reducción de las cargas impositivas» pactada con Cs y que sustentará la acción de ese «gobierno de transformación», se prevé la «eliminación» con carácter general por «injusto» del Impuesto de Sucesiones y Donaciones entre familiares, las bonificaciones y deducciones en el tramo autonómico el IRPF mirarán «especialmente» a los municipios de menos de 5.000 habitantes. También bonificaciones en el Impuesto de Sucesiones para empresas familiares o agrarias y «tratamiento favorable» en el de Transmisiones Patrimoniales cuando se trate de tierras, elementos productivos que generan empleo en el medio rural o primera vivienda en un pueblo.
En materia económica y laboral, con la meta puesta hacia lograr «el pleno empleo», también hay medidas que miran especialmente al medio rural, de modo que la tarifa plana que se pretende extender para nuevos autónomos tendrá «condiciones favorables» en este ámbito. Mañueco también comprometió la creación de una plataforma de nuevos emprendedores rurales, además de una estrategia de emprendimiento, innovación y autónomos; un «fondo específico» para la extensión de las pymes o financiación para que microempresas y autónomos se modernicen o se lancen al mercado. Todo con el objetivo de que «nuestra tierra sea más atractiva a inversores nacionales e internacionales en todas las provincias y especialmente en las zonas rurales que necesitan más impulso para reducir los desequilibrios».
Financiación
Una apoyo a los pueblos que pasa también por que dispongan de una financiación local «suficiente para asegurar servicios de calidad». De ahí que ya avanzó su reclamación al Gobierno central de que apruebe un nuevo modelo. No es la única petición que llevará a La Moncloa que avanzó ayer Mañueco, quien además recordó las demandas en infraestructuras pendientes. También l a reforma del sistema de financiación autonómica, estrechamente vinculado con la despoblación, para que demandó que contemple los «costes reales» de los servicios públicos, la dispersión, extensión, envejecimiento y baja densidad demográfica. Una demanda en la que solicitó el apoyo expreso del líder del principal partido de la oposición, el socialista Luis Tudanca, al igual que del resto de fuerzas, tanto para éste como para otros temas de Comunidad «con lealtad a esta tierra y a las necesidades de nuestros paisanos».
No autocomplacencia
Y esa financiación que reclama es necesaria para «garantizar la equidad de los servicios públicos de las personas en todo el territorio», que son «una bandera» de Castilla y León, pero a los que comprometió su «empeño en seguir mejorando». «Somos un modelo de éxito, pero debemos adaptarlo a los nuevos tiempos, llegar a más personas, con más prestaciones y de más calidad», reconoció Mañueco, quien dejó claro que «no» se puede caer en la «autocomplacencia» y que «no se trata de hablar, sino de actuar».
Desarrollo rural, retención del talento y promoción económica, los ejes de gobierno para convertir a Castilla y León «en referente nacional» y que «permita que los jóvenes puedan estudiar, enseñar, investigar, trabajar o emprender en esta tierra».
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