Mañueco apela al «diálogo» como la «nueva forma de gobernar»

«Diálogo». Es la palabra a la que desde el inicio ha apelado este martes de forma constante Alfonso Fernández Mañueco en su discurso de investidura para reclamar el apoyo de las Cortes que le permitan convertirse en el séptimo presidente de Castilla y León.

El popular, quien ha defendido la «mayoría legítima» que suman los 29 escaños del PP y los 12 de Ciudadanos -el PSOE ganó las elecciones con 35 procuradores-, ha insistido en que su ejecutivo «se basará en el diálogo y el encuentro de ideas moderadas, centradas y liberales para formar un gobierno transformador».

Asume el reto con «tanta humildad como ilusión», consciente del listón «muy alto» que hereda del también popular Juan Vicente Herrera, a quien ha agradecido especialmente su trabajo durante estos últimos 18 años . «Trabajar y buscar todo lo mejor para Castilla y León y sus gentes» es el objetivo que guiará su labor, según ha señalado.

En esa apelación constante al diálogo, Fernández Mañueco ha insistido que éste «es sinónimo de una nueva forma de entender la política, de una nueva forma de gobernar que la sociedad nos exige cada día, a partir de su voto, y de la que soy consciente». Por eso, quien ha apuntado que quiere «ser el presidente del diálogo», ha llamado «a todos» a ese entendimiento .

«El diálogo impide a los gobernantes que nos sintamos eternos o intocable», ha reconocido el salmantino, quien ha agradecido la «enorme generosidad» y «responsabilidad» ejercida por PP y Ciudadanos en las negociaciones que han llevado al acuerdo que hoy le permite presentarse ante la Cámara para ser investido.

Y personal «agradecimiento» a quien fuera candidato de Cs, Francisco Igea, que será su vicepresidente en el Gobierno conjunto de ambas formaciones.