Sociedad
La madre de 64 años de mellizos alega que los buscó al «quitarme a mi primera hija»
Tras un mes «voluntario» en el hospital, se trasladará a vivir a la capital burgalesa
Mauricia, madre a sus 64 años de dos mellizos que nacieron en un hospital privado de Burgos el 14 de febrero tras una fecundación practicada en Estados Unidos, reclama que le devuelvan a su otra hija, una niña de seis años, que desde hace algo más de uno reside en Canadá bajo la tutela de una familiar, por decisión de los Servicios Sociales de la Junta de Castilla y León. Ayer defendió su postura ante la Audiencia provincial de Burgos, en un recurso de apelación que la Administración autonómica planteó contra una resolución del mismo órgano judicial, que ordenó que se realizase un acogimiento familiar simple con otros familiares que permita, en interés de la menor, el mantenimiento de la relación materno-filial de la menor con la familia extensa. Es decir, que la Audiencia dictaminó, en un auto de julio de 2015, que la niña permaneciese en régimen de acogida, cuestión que no se cuestiona, pero que fuera posible mantener una relación con su madre algo que, estando en Canadá, resulta imposible. Además, en el mismo auto se insta a la Junta, a través de sus servicios sociales, a agotar todas las posibilidades de intentar con Mauricia las actuaciones precisas para que ésta pueda adquirir las destrezas o habilidades necesarias para el ejercicio de las funciones de patria potestad y de la relación con la menor.
Situación de indefensión
El nacimiento de los dos mellizos hace un mes, tras someterse a otro tratamiento de fecundación, si bien en esta ocasión a la edad de 64 años, ha complicado aún más el caso de esta mujer a la que la Junta decidió retirar la tutela de la pequeña por considerar que se encontraba en una situación de indefensión al no estar convenientemente atendida. Sin embargo, Mauricia quiere que su primogénita vuelva a su entorno porque acaba de ser madre de dos mellizos, un niño y una niña, y quiere «que la familia viva unida y Blanca conozca a sus hermanos». A su salida de la vista oral, que se celebró a puerta cerrada por decisión del Juzgado al tratarse de un asunto que afecta a una menor de edad, Mauricia explicó que ya se ha recuperado de la anestesia y del parto por cesárea y que lo que quiere ahora es que su hija Blanca «conozca a sus dos hermanos, Gabriel y María» que siguen en el hospital porque nacieron con poco peso, «aunque están bien de salud».
El abogado de la mujer, cuyo lugar de residencia es Palacios de la Sierra, en la Demanda burgalesa, insistió en que lo que piden es que se cumpla la sentencia de la Audiencia provincial, que falló en contra de la decisión de los servicios sociales, porque no puede ser que los hermanos vivan a miles de kilómetros sin ninguna razón. Mauricia no duda de que su hija esté bien, pero insiste en que «donde tiene que estar es con los suyos y no a miles de kilómetros, en Canadá» . Recordó que antes tenía limitadas las visitas a la niña, pero, pese a la resolución judicial, la menor se fue de España y lleva muchos meses sin verla.
Reconoció que «si no se hubieran llevado a la niña» seguramente ni se hubiera planteado volver a quedarse embarazada, aunque apuntó que no se trata de una decisión egoísta y no entiende «porqué tiene que molestar que una persona mayor tome esta decisión», aunque insistió en que la fecundación por encima de los 60 años no se puede realizar en España, por lo que tuvo que acudir a una clínica de EEUU. Blanca fue fruto de una fecundación in vitro practicada en una clínica de Barcelona, pero con una madre de más edad «no hay nada que hacer».
Por eso decidió probar en Estados Unidos, porque siempre ha viajado mucho y eso no le preocupaba, y lo consiguió. Aseguró que fue un embarazo normal y no entiende la polémica en torno a su caso. «No pensé que algo tan normal como la maternidad podría despertar tanta atención, porque si hubiera opinado sobre la edad no habría tomado la decisión cuando lo importante es que han nacido un niño y una niña», insistó Mauricia a las puertas de la Audiencia.
El abogado de Mauricia Ibáñez, Juan Carlos Sáiz, se quejó ayer de que el asunto que ayer llevó a la Audiencia a su cliente, que no es otro que «resolver el incumplimiento de una resolución por la que se tiene que reagrupar a la familia», se está dispersando con otros asuntos», como es el debate sobre la maternidad a los 64 años de su defendida. La madre continuaba ayer con sus mellizos de un mes en la clínica privada de Burgos en la que vinieron al mundo, «para asistirla un poco, ya que no lo hace la Junta», según señaló Sáiz, «porque necesita apoyo para cuidar a los pequeños», ya que aún no se ha hecho efectiva la ayuda de los Servicios Sociales, a pesar, según indicó el abogado, de que ha pidió entrar en el Programa de Intervención Familiar.
Sin embargo, «por aquí no ha venido nadie, ni una asistente social, ni una educadora, que es lo que necesita», insistió el letrado. Mientras, continúa en el centro hospitalario, donde esta en una especie de régimen ambulatorio, a la espera de que los pequeños ganen peso y pendiente de habilitar un piso en la capital burgalesa en el que ha decidido vivir, ya que no quiere volver a Palacios de la Sierra, donde residía. Una vez instalada en su nueva vivienda, Mauricia contratará a una persona que le ayude con el cuidado de los niños.
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