Luis Jaramillo - Punto de vista

Miedo

«La pandemia no solo ha cambiado nuestras vidas, para obtener de ella lo más positivo, debe cambiar nuestra conducta y nuestra forma de pensar»

F. BLANCO

Vivimos con miedo. La Covid-19 ha instalado el miedo en nuestras vidas y nos ha hecho perder una parte muy importante de nuestra libertad. No nos la ha quitado el estado de alarma, aunque se haya apropiado de los mecanismos del estado de excepción. Ha sido el miedo y, gracias a él, el Gobierno evita mantener la excepcionalidad que ha alcanzado. El miedo es el que nos permite aguantar y soportar tanta improvisación, justificada en ocasiones por lo imprevisible de todo esto, y soportar estoicamente el baile de cifras, la ceremonia de la confusión en el seguimiento de la pandemia, que a veces pienso que está calculada para evitar que sepamos donde estamos y de esa forma tener que seguir lo que se dicta. Si, vivimos con el miedo dentro. Miedo a una crisis sanitaria sin precedente, miedo a un virus del que se desconoce casi todo, miedo a sus consecuencias, a lo mucho que ya condiciona nuestras vidas, miedo a un futuro económico desastroso.

El miedo lo alimentan las miles de muertes que debemos llorar como sociedad. Lo alimenta la suerte que han sufrido miles de profesionales que están en la primera línea de lucha contra la pandemia y que se enfrentaron a ella sin medios, con unos resultados nefastos para ellos y para muchos que resultaron contagiados. Miedo, mucho miedo que nos ha metido en casa pegados, los que tenemos más fortuna, a un teletrabajo que no todos pueden llegar a tener. Miedo porque estamos lejos de los nuestros y no podemos dejar de pensar que si el maldito virus sigue ahí, puede poner en riesgo que volvamos a verlos.

Hoy, en la séptima semana de confinamiento, nos enfrentamos a una vuelta a la normalidad sobre la que llegan todo tipo de rumores y generalidades, que para el caso son lo mismo, y que vuelven a introducir el miedo. Y el miedo no es la solución. La solución es la cautela, la responsabilidad, la conciencia individual y colectiva. Este país nuestro debe dejar de actuar por miedo porque será más eficaz. La vuelta a la normalidad, que nunca será la que teníamos, dependerá de seguir las pautas de los expertos, pero sobre todo dependerá de que cada uno cumplamos con nuestro deber de españoles y sintamos que estamos ante una empresa colectiva de la que salimos juntos, no de la que nos tienen que sacar otros. La pandemia no solo ha cambiado nuestras vidas, para obtener de ella lo más positivo, debe cambiar nuestra conducta y nuestra forma de pensar. Ya basta de miedos, demos paso a la responsabilidad.

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