Interrogantes

La carrera política de José Miguel González, ya exsecretario provincial del PP de León, ha sido efímera y se la ha cargado él solito porque a nadie se le ocurre, y más en el momento político actual, inventarse un título de Derecho que no tiene y falsificarlo físicamente. Pueden buscar los filtradores de la noticia o lo que quieran, pero el único responsable de la situación es él. ¿Que necesidad tenía de inventarse nada? ¿Alguien le exigió una titulación para su actuación política? Si lo que trataba es de dar caché a su trayectoria lo que ha logrado es dejar en evidencia una mentira que ha pagado muy caro.

Aunque en España no llegamos a lo que sucede en otros países, lo cierto es que los plagios y los falsos currículum levantan una polvareda tremenda y por ello la rápida decisión de poner fin a su carrera política, máxime cuando su valedor era el secretario general del Partido Popular, Teodoro Egea, y es el menos interesado en este ruido mediático.

Claro que la cosa no queda ahí, porque Génova quiere el control del partido en León a toda costa y no quiere que sea la dirección regional la que capitanee el relevo. Y ya está el lío montado. Se cesa a la gerente provincial por presunta filtradora de la mentira de González y de paso se pone de manifiesto quien manda. ¿De verdad en este momento al PP nacional le interesa otro enfrentamiento con el de Castilla y León? ¿Son estos asuntos los que ocupan en un momento crucial de la vida nacional en los despachos de Génova?

Los partidos políticos están siempre en permanente ebullición. La lucha por el poder es algo que no cesa. Pueden alejarse de los focos mediáticos por intereses puntuales, pero la guerra soterrada sigue y solo tiene que saltar la chispa para que el fuego se haga aún más evidente. Pensábamos que era política del pasado pero vemos que a los que llegan les pasa lo mismo y con peores mañas.