Luis Jaramillo - Punto de vista
Instalados en la bronca
A veces tengo la sensación de que los políticos toman por tontos, o por rehenes, que no lo sé muy bien, a los votantes y no les confieren un mínimo criterio
Los últimos plenos de las Cortes de Castilla y León han trascendido más por el ruido que en ellos se ha producido que por los asuntos tratados. Se empieza por los asuntos y se acaba en un ruido a veces atronador. Que las sesiones en los parlamentos españoles se caractericen por la bronca sistemática empieza a ser una constante. Es el ambiente general y si sucede en el Congreso de los Diputados, la cosa baja también a las instancias regionales y así, entre todos, se consigue un ambiente político irrespirable. No sé por qué los políticos se extrañan de que encuesta tras encuesta, se les perciba como uno de los grandes problemas del país.
Es cierto que cuando el panorama electoral asoma en el horizonte todo entra en tensión en la estructura de los partidos políticos, donde cunde la sensación de que cualquier cosa actúa sobre el elector como algo decisivo a la hora de emitir el voto. A veces tengo la sensación de que los políticos toman por tontos, o por rehenes, que no lo sé muy bien, a los votantes y no les confieren un mínimo criterio, ya que piensan que cambian de parecer a toque de silbato, de gesto o de bronca parlamentaria.
En Castilla y León soplan vientos electorales. Cuanta más afirmación hay de estabilidad en la coalición de Gobierno, más hechos aparecen que la ponen en cuestión. Se dice una cosa y se escenifica la contraria. No es normal que un partido de la coalición pida la dimisión de un consejero del partido socio. Sumen a ello el afilado lenguaje que utiliza la oposición hacia la acción del Gobierno, instalado más en el insulto y la descalificación que en la crítica política. Síntomas evidentes de un escenario que no es imaginado. Si no fuera por el frio y por la Navidad que ya asoma en las calles de nuestras ciudades, diría que la cosa está a punto de erupción y que la convocatoria sería inminente.
En este ambiente tan extraño, tan enrarecido y a veces tan irrespirable, hay que afrontar leyes tan importantes como la de presupuestos, que mañana aprobará el Consejo de Gobierno para remitirla a las Cortes. Largo, tortuoso y agitado camino espera, porque si pensamos que el ambiente electoral se va a relajar, es que ya estamos inmersos en ese ambiente navideño que afortunadamente nos llega al menos un mes en el año. Veremos.