Incertidumbre

Ninguna duda en que el fin de semana va a ser políticamente muy atractivo. La elección de la dirección del futuro Ciudadanos interesa mucho en Castilla y León por que el futuro de Francisco Igea tendrá forzosamente repercusiones importantes en nuestra comunidad autónoma.

El propio Igea y sus correligionarios están volcados esta semana en demostrar que los números de los compromisarios electos el pasado fin de semana no son tan aplastantes como pueden verse en los guarismos, sino que son el resultado de una forma de elegir que prima al ganador, que no les gusta y que vienen denunciando por cierto oscurantismo. Según este sector hay mucho partido todavía ya que a las dos candidaturas en liza, Arrimadas e Igea, las separa poco más de 10 puntos que pueden remontarse con una intensa actividad durante esta semana y además porque sospechan que habrá una mayor participación en la elección del presidente del partido que en la de los compromisarios y esto les puede favorecer. Lejos de que el resultado del fin des emana haya minado la moral de los críticos, Igea se presenta como una opción con posibilidades que, como ya ha pasado, pueda dar la vuelta al marcador

El resultado del Congreso de Ciudadanos tendrá repercusiones en Castilla y León porque Igea es el Vice-Presidente de la Junta y el líder de Ciudadanos en el Gobierno regional. Si gana y es el futuro presidente de la formación, veremos si puede compatibilizar responsabilidades, no hay precedentes. Y si pierde, habrá que ver los números y el desgaste que sufre dentro de la organización, que se presenta muy dividida en este congreso y con heridas abiertas que, si se cicatrizan, van a necesitar una convalecencia muy, muy larga.

No me cabe ninguna duda de que Francisco Igea va a ir hasta el final, que lo va a intentar todo y que al igual que derrotó al aparato en la elección del candidato a la presidencia de la Junta, tratará de hacerlo en el Congreso de Madrid. Veremos si lo consigue. Gane quien gane, vendrá lo más difícil, porque todos tenemos en la memoria la poco edificante secuencia de la conversación pública en Valladolid entre Arrimadas e Igea, que escenificó una división que a priori parece irreconcialible y mucho más por las huestes, porque basta hablar con representantes de uno y otro sector, para tener la certeza de que estamos ante un verdadero choque de trenes.