Fase política

Nadie dice que sea fácil afrontar la crisis del Covid, por desconocida y por los vaivenes que impone. Muchos son lógicos por lo cambiante de la situación, pero otros no se entienden pero han sido estoicamente soportados por la población. Aquí se optó por ser muy estrictos en los criterios sanitarios frente a la pandemia y la cosa no es sencilla. Una comunidad con una población envejecida y lindante con Madrid ha sido caldo de cultivo para el virus. El resultado es que la población de riesgo es mayor y la que más sufre junto al colectivo sanitario al que tanto debemos siempre, no sólo por el ejemplar trabajo de esta pandemia. Algunos han descubierto su espíritu de sacrificio y lucha ahora, sin tener en cuenta que todos los días del año, todos, nuestros sanitarios salvan vidas, se exponen y arriesgan por nuestra salud. Para ellos el reconocimiento siempre.

Después de mucho confinamiento llega el complejo desconfinamiento que ha desatado la batalla política que ha estado soterrada en la fase aguda de la pandemia. La falta de claridad en los criterios del mando único genera sospechas. No se entiende el enrocamiento en no desvelar el corte de los criterios o el nombre de los expertos, algo increíble en este tiempo y es la fuente de las sospechas. En Castilla y Léon se ha seguido una hoja de ruta sanitaria muy marcada por la prudencia, pero según mejora la situación es lógico que haya revisiones para adaptarlos a un territorio tan peculiar como el nuestro. El presidente Mañueco dijo el domingo que «desde la Junta de Castilla y León vamos a proponer al Gobierno de España para que toda la comunidad pase a la fase 1, siempre que se cumpla la evolución epidemiológica y que se mantenga la actual línea». Literal. Nada diferente a lo que apuntó al día siguiente Verónica Casado: «Lo que estamos viendo y lo que nos comentan los expertos es que podemos dar este paso». No se dónde está la discrepancia que muchos han proclamado, ni como dice la oposición, que se vea en esto la mano de Pablo Casado.

Me da la impresión de que la fase sanitaria ya ha dado paso a la lucha política y a partir de ahí se recrudece todo. Ojalá que la buena sintonía y el ejemplo que aquí han dado los principales partidos no se quiebre por la corriente nacional. Los hechos demuestran que es muy difícil que esta contaminación no llegue, pero tal vez es el momento de seguir con la esperanza en la mente, porque siempre es lo último que se pierde.